‘Mejora levemente bienestar de la población en México’: PNUD

Foto:AFmedios/Archivo/ La adicción a drogas comienza a los 12 y 13 años en comunidades rurales e indígenas del estado.

El índice de desarrollo humano en México creció levemente entre 2008 y 2010, aunque se acentuaron las desigualdades entre los hogares con mayores y menores ingresos, así como entre las familias indígenas, las no indígenas y las poblaciones rurales y urbanas.

El informe presentado esta semana por la oficina en México del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) contiene los datos más recientes y evalúa el nivel de bienestar de la población, combinando varias mediciones como la educación, la salud y el ingreso.

Según el documento, el componente de ingresos no ha tenido un buen desempeño en ese período, aunque persisten las desigualdades de género, sobre todo en el sector de la salud, las mujeres han registrado algunos avances.

El concepto de desarrollo humano se refiere a la capacidad de las personas para elegir entre formas alternativas de vida que se consideran valiosas. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) está compuesto por tres dimensiones, que son salud, educación e ingreso. De esta manera, el desarrollo humano se plantea como una herramienta que busca el bienestar de las personas.

De acuerdo con el documento presentado, hasta 2010 había una heterogénea dinámica en el comportamiento del IDH en las diferentes categorías de hogares e individuos, por ejemplo, entre 2008 y 2010 se amplió la brecha en IDH que separa al diez por ciento de los hogares con mayor y menor ingreso, por tanto acentuando las desigualdades. Este comportamiento se repite en la distancia que separa a los hogares indígenas de los no indígenas, y a la población rural de la urbana.

En cuanto al IDH de hombres y mujeres, el documento muestra que a pesar de que el IDH sigue siendo superior para la población masculina, ha tenido mayores avances para las mujeres. La desigualdad de género es más pronunciada en el componente de salud. Además de los grupos de hogares y de individuos ya mencionados, el documento también incluye un análisis por pobreza multidimensional, grupos de edad de las personas, jefatura del hogar, entre otros.

El panorama que se vislumbra a partir de los datos presentados es, en términos generales, favorable para el país, pues aunque sólo se estudia el periodo 2008-2010, hay una tendencia de crecimiento en el IDH y sus componentes no monetarios. En general, la dimensión monetaria, expresada con el índice de ingreso, presenta moderados retrocesos durante el periodo estudiado.

No obstante, a pesar de que hay crecimiento general en los hogares y en los individuos, siguen existiendo desigualdades importantes por edad, género y condición étnica, así como una expansión de la brecha que separa a la población en situación de pobreza de la población no pobre —tanto en el caso de los hogares como en el de los individuos—, en cuanto al nivel alcanzado de IDH.

En términos generales, la dimensión de salud se presenta como la más igualitaria en la mayoría de los indicadores, mientras que el índice de educación enfatiza las desigualdades entre los grupos de población. Cabe destacar que las mayores diferencias en género se presentan en el índice de salud, a pesar de ser el componente más igualitario para las demás características de los hogares y de los individuos.

En suma, el idh de hogares e individuos debe ser percibido como una herramienta que permite localizar las desigualdades de manera más puntual, así como los sectores en que se han producido los mayores avances. Lo anterior, con el fin de presentar un panorama más preciso de la situación en que se encuentra el país en términos de su desarrollo humano.

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