De entrada, muchos de los problemas citadinos y de uso del suelo que padecemos en la Zona Metropolitana de Guadalajara, ZMG, se deben al dinamismo urbano que estamos vertiginosamente viviendo, aquí, en el área central del estado de Jalisco, desde hace por lo menos dos décadas, dinamismo por otra parte característico de una gran metrópoli como la nuestra; el problema entonces es el de cómo regular racional y democráticamente estos procesos de con/urbanización, problema esencial para cualquier tipo de planeación metropolitana humanamente eficiente, pues el futro de una urbe radica en la manera en que se usen racionalmente sus superficies, aguas y suelos, pero no sólo bajo el arbitrio muchas veces irracional, de los grandes intereses del capital inmobiliario, como ha sido común en ésta megaurbe.
Sin embargo, para cualquier persona que haya trabajado en las áreas de obras públicas o desarrollo urbano de los gobiernos, dirá que ello es imposible.
El caso más específico en el que podemos observar las dificultades aludidas, lo tenemos, para la ZMG, en el municipio de Tlajomulco, donde estamos pasando de una aguda problemática de vivienda a un problema de uso del suelo, y luego, a otro de des/uso del suelo urbano.
Pues lo que está pasando en Guadalajara, GDL, entre otras cosas, es un problema de relativo despoblamiento de determinadas zonas de nuestra metrópoli, despoblamiento que implica tirar a la basura toda una infraestructura urbana que nos ha costado mucho construirla, y nadie se pregunta o propone con total claridad qué hay que hacer al respecto, si vemos que Tlajomulco por otra parte, se ha convertido sobre todo para un alto porcentaje de su población en una ciudad dormitorio, que requiere de dos o tres horas, por falta de planeación adecuada. para su diario desplazamiento de ida y vuelta; dado que la mayoría de sus habitantes se viene a trabajar a GDL o Zapopan, y sólo regresan para dormir al municipio de Tlajomulco de Zuñiga, hoy gobernado por una de las vertientes más sanas del perredismo jalisciense.
En otras palabras no se está resolviendo del mejor modo el problema de la vivienda y el transporte, en la ZMG.
El segundo problema de la ZMG tiene que ver con su dinámica de regionalización, y con la ciudad-puerto de Manzanillo*, pues lo que pasa en Manzanillo es mucho más importante para la ZMG que lo que sucede en cualquier otro municipio de Jalisco, considerando que lo que acontece en el norte del estado o en el oriente jalisciense, no afecta en nada a GDL, pero lo que sucede en la ciudad-puerto de Manzanillo sí que nos importa y afecta, de modo especial.
Sin embargo, tenemos una visión miope al no considerar que Manzanillo es una pieza fundamental para la ZMG, si deseamos en serio que GDL sea un eje articulador entre y con las dos zonas más pobladas y dinámicas económicamente hablando, del mundo, Asia y Norteamérica, o la costa oeste de los Estados Unidos.
El desarrollo de GDL y su futuro pasan entonces, por lo que sucede en el puerto de Manzanillo.
Tanto para su comercio, energía, insumos industriales y hasta para las rutas del narcotráfico que se proveen en el puerto de Manzanillo de los precursores químicos provenientes de las triadas chinas y mafias hindús, que son necesarios para la elaboración de drogas sintéticas en los narcolaboratorios ubicados en la ZMG, precursores derivados de la efedrina vueltos drogas de diseño y luego exportadas desde ésta específica y estratégica zona metropolitana, a la costa este de los Estados Unidos; el puerto colimense es de vital relevancia para GDL.
Pero este aspecto no se contempla en ningún planteamiento de planeación y política gubernamental, sea de la ZMG o del mismo gobierno del estado, en vinculación con el gobierno colimense y la respectiva alcaldía manzanillense.
Tomando en cuenta que Manzanillo está a dos horas de GDL y que su vinculación con la ZMG es esencial, es impostergable a mediano plazo que GDL se asuma como una capital eminentemente regional, o transregional*, y no sólo en tanto una capital estatal y metropolitana, como erróneamente aún se le concibe.
El tercer punto de mi participación tiene que ver con el papel del municipio en estos procesos, donde el papel del municipio resulta ya demasiado pequeño, para la magnitud de los problemas que tenemos enfrente en la ZMG.
Cuando en numerosos municipios del país se vive además de una pavorosa crisis de inseguridad, o también, un proceso de despoblamiento masivo, donde la famosa autonomía municipal no sirve de nada porque simplemente en numerosos municipios del occidente del país, no hay recursos suficientes ni futuro visible para su población y especialmente para su juventud.
Es decir, que si no se trabaja en esquemas regionales o trans/regionales de planeación gubernamental, no se ve una perspectiva más clara de desarrollo en este caso entre Jalisco y Colima, puesto que los municipios no tienen ya mucha viabilidad incluso de gestión, o en el ámbito financiero y operacional, porque además, tenemos encima una estructura política y de gobierno, que dadas las actuales circunstancias de polarización interpartidaria, no nos están sirviendo para tomar las decisiones correctas, en el sentido de fomentar sin demagogias, el bien común en toda la región, que por supuesto incluye el vínculo entre la ZMG y la ciudad-puerto de Manzanillo.
O sea, que cuando abordamos los problemas urbano metropolitanos, los municipios, incapaces por sí mismos en numerosos casos de mantener siquiera de modo estable a su onerosa burocracia, a sus policías, o a sus políticas de conurbación, ya no se diga una adecuada política de seguridad, vienen siendo un estorbo para adoptar las mejores soluciones en beneficio de la ciudadanía en general, y desde una perspectiva metropolitana o macroregional.
La figura del municipio tiene pues que ser revisada a fondo. Cuando ya no tiene capacidad de resolver los enormes problemas urbanos y sociales que se están suscitando en la mayoría de los mismos.
A la vez, ¿cómo podemos gestionar la ciudad en medio de tantos intereses políticos y partidarios, además de los económicos y privados, encontrados?
Cuando simplemente los problemas de congestionamiento vehicular padecidos a gran escala a veces me hacen pensar que lo que requerimos, es un sistema aéreo para transportanos sin problemas, en una mega urbe como es la ZMG.
Si a ello aunamos los problemas ecológicos, de abasto y uso del agua, los sanitarios o los de acrecentada Inseguridad, podemos concluir que los problemas de la ZMG son demasiado importantes como para dejárselos sólo a la i/rresponsabilidad recurrente de la inmensa mayoría de gobernantes, o los políticos por todos conocidos.
Seminario Internacional:
La Planeación Metropolitana del siglo XXI
Colegio de Jalisco, septiembre 24, 2010.
Diego Petersen Farah:
Carlos Ramiro Vargas. 1º, X. 2010.