Lo que faltaba: agresión sexual a domicilio

EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA 

Las mujeres en México no están seguras o libres de violencia ni en su casa. Y esto se comprobó la semana pasada en Puebla.

Un sujeto desconocido atacó sexualmente a una adolescente de 14 años cuando tomaba una clase en línea. Los compañeros de la jovencita fueron testigos de la agresión y avisaron a la policía.

De acuerdo con información proporcionada por el sitio web de la revista Proceso, la víctima, junto con otros compañeros, tomaba clases en línea. De pronto, los compañeros de la adolescente se percataron de que un sujeto vestido de negro, cubrebocas y un arma punzocortante, entró en su casa y comenzó a forcejear con ella. Cuando llegó la policía, el agresor ya no se encontraba en el lugar. Las autoridades mencionaron que el padre de la víctima y elementos policiacos buscaron al atacante, pero no tuvieron éxito. (La Vanguardia)

La violencia sexual y la impunidad es la combinación más frecuente que sufren las mujeres mexicanas día a día. De acuerdo con México Evalúa, con datos tomados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), en diciembre de 2019, realizó un análisis con datos para estremecer: cuatro de cada diez mujeres mayores de 18 años sufrieron algún tipo de violencia sexual durante el segundo semestre de 2019, entre varios más.

En cifras, más de seis millones de mujeres en México fueron víctimas de alguno delito sexual en los últimos seis meses del año pasado. Se debe tener en cuenta que la violencia sexual abarca diferentes agresiones, desde el acoso sexual hasta el intento de violación y la violación, así como el hostigamiento y el abuso sexual. (Infobae)

Resalta que de acuerdo con el mismo estudio, el 99.7% de los delitos de violencia sexual contra mujeres no fue denunciado.

Expertos y encuestas señalan que entre los principales motivos por los que los ciudadanos no denuncian un delito están el no querer perder tiempo en ello, el considerarlo un acto inútil y la falta de confianza en las instituciones de justicia.

O lo que es peor, pueden terminar siendo ellas las acusadas. Tal es el caso de Aída Mulato. Ella pasó de ser la víctima a una imputada más para la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Lleva dos años en espera de que su agresor sexual, un reconocido hematólogo, reciba castigo, sin que sus pruebas hayan sido estimadas. Ahora es acusada por violencia intrafamiliar, falsa declaración y discriminación. Para ella esto se resume así: “Entiendo que las mujeres no denuncien o no concluyan sus procesos legales porque, tal y como funciona el sistema, los agresores nos pueden seguir violentando en complicidad con las autoridades. […] El Estado mexicano no está interesado en resolver la violencia contra las mujeres”, sentencia Mulato. (El País)

Un año más que termina y la violencia no se contiene. En medio de la contingencia sanitaria, se comprueba que no es dónde estemos ni cómo vistamos ni lo que hagamos. Que el único delito es ser mujeres. Y ese tiene consecuencias de muerte y violencia. Porque los agresores tienen permiso para delinquir pero nosotras no tenemos derecho a una vida segura.

Al fondo del Arcón

El Arcón de Hipatía de los martes, les desea un feliz cierre de año y la esperanza de un 2021 con salud y seguridad. Nos leeremos en Mujeres Más el próximo 05 de enero.

 

Columna publicada con la autorización de @saraiarriozola