La crisis de Morena molesta a AMLO

A Propósito

Por: Fernando MORENO PEÑa

Mucho se habla en México de la crisis de los partidos de oposición y se señala que la derrota sufrida frente a Morena en la elección presidencial de 2018 no la han podido superar, es decir; así, la crisis es producto de la derrota sufrida.

Pero también se habla mucho de la crisis de Morena, que arrasó gracias a AMLO en la elección del 2018 con una votación histórica, con mayoría en las cámaras federales y locales, así como en ayuntamientos y en las gubernaturas que estuvieron en disputa.

En el caso de Morena, la grave crisis que atraviesa tiene como causa la victoria electoral, al no ser un partido estructurado y con una plataforma ideológica definida, aunado a la ausencia de liderazgo, al dejar de intervenir en su conducción su fundador y eje principal, Andrés Manuel López Obrador.

Morena es un partido que se fundó y que ganó electoralmente en función del liderazgo de AMLO, es un movimiento que, más que respaldo al gobierno que originó, representa un problema y una carga que molesta al presidente AMLO, quien hace más de un año presentó licencia a su militancia como miembro de Morena. Reitero: la victoria de AMLO explica la crisis de Morena.

Hace más de un año se convocó a renovar la dirigencia nacional de Morena y el presidente AMLO sugirió que se hiciera mediante una encuesta, pero quienes controlan el partido y sus órganos de gobierno se opusieron, porque son quienes manejan la estructura territorial de Morena, las delegaciones federales y el ejército de los siervos de la nación, por eso pretendían hacer elecciones mediante asambleas territoriales, que les garantizarían los triunfos estatales y nacional.

Quienes mandan en el partido actualmente son: la señora Bertha Luján de Alcalde, madre de la Secretaria del Trabajo, María Luisa Alcalde Luján, así como Gabriel García, quien tiene la coordinación de los súperdelegados federales en los estados y que forman parte, junto con Alfonso Ramírez Cuéllar, actual dirigente nacional, del grupo que liderea Claudia Sheinbaum, a quien pretenden llevar a la candidatura presidencial en 2024, y que en esta contienda por la dirigencia promueve la candidatura de Porfirio Muñoz Ledo.

Este grupo siempre se negó a la encuesta sugerida por AMLO y dio origen a una secuela de convocatorias y de impugnaciones que facilitó la prolongación de la actual dirigencia y que, gracias a la pandemia y al no poder celebrar eventos masivos para renovar a los dirigentes, el Tribunal Federal Electoral determinó que sería mediante una encuesta, coordinada por el INE, como se elegiría a los nuevos dirigentes.

La dirigencia actual ha seguido impugnando todas las etapas del proceso que determinó el Tribunal Electoral.

El proceso de elección de la dirigencia bajo los resolutivos del Tribunal Electoral, se ha convertido en un escenario de conflictos internos, que ha ahondado las diferencias al interior de Morena y camina en la incertidumbre, en la ilegalidad y en la descalificación.

El manotazo de AMLO

El presidente AMLO señaló que no hay dirección en el partido, “sino un desbarajuste, ya que llevan más de un año enfrascados en pleitos, sin ponerse de acuerdo en un proceso interno para elegir a quien estará al frente del movimiento”.

AMLO, hace un año, recomendó una encuesta como forma electiva, lo hizo pensando que la encuesta sería de las que acostumbra Morena y conduce López Obrador, es decir, una encuesta entre ellos, hecha a modo, pero no esperaban que el Tribunal Electoral ordenara que la encuesta la hiciera el INE y ahí empezaron los problemas, al no estar acostumbrados a encuestas externas, con rigor metodológico.

AMLO, en tono más que molesto, declaró: “Al carajo con el oportunismo, con la antigua forma de hacer política, recalcó, e hizo notar que los dirigentes están más ocupados en intereses personales y en obtener cargos, que en el pueblo”.

Aquí el golpe es directo para Alfonso Ramírez Cuéllar y el grupo que controla el partido.

AMLO advirtió “que los dirigentes están pensando que son indispensables, insustituibles, pero afortunadamente Morena es mucho pueblo para tan pocos dirigentes”. Aquí fue el manotazo para los actuales dirigentes que patrocinan a Porfirio Muñoz Ledo y que están en contra de Mario Delgado.

Está claro que AMLO apoya a Mario Delgado. Pero está claro también que, en Morena, esta dirigencia no le hace caso a AMLO.

AMLO “reitero que no se mete en esos asuntos, pero le llama la atención, indicó, que quienes aspiran a presidirlo no se pongan de acuerdo, no estén a la altura, mientras en todos los sondeos el partido va muy arriba en las preferencias electorales en este momento fueran los comicios, los ganaría”.

“Un partido que no piensa en el pueblo y luchar por las causas justas no es más que una franquicia, un mecanismo para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos, sólo para su provecho, ya sea en lo político o porque desean ostentar poder o provecho económico”.

Aceptan la crisis de Morena

Porfirio Muñoz Ledo, aspirante a la presidencia de Morena, aseguró que hay crisis en las representaciones del instituto político y en 10 o 12 estados no hay partido, nada, son brotes y que en otra decena de entidades hay una institución dividida en dos polos que pelean entre sí, y hay una representación organizada razonablemente en no más de nueve estados.

Mario Delgado, quien contiende por la presidencia, sostuvo que la dirección del partido no ha estado a la altura del proyecto, y afirmó que busca este cargo para servir en la trascendencia del movimiento, alejado de beneficios personales.

Yeidckol Polevnsky, cuestionó a los oportunistas que se acercan cuando es momento de definir candidaturas, pero luego desaparecen.

Alertó que donde no hay una estructura de partido sólida florecen los cacicazgos. Además, reveló la existencia de una presunta lista de candidaturas que han prometido aspirantes a este cargo.

El viernes 2 de octubre, en la conferencia mañanera en la que AMLO condenó el desbarajuste en Morena, fue cuestionado sobre las versiones del que el Consejero Jurídico, Julio Scherer, cabildeó ante el Tribunal Electoral para echar por tierra el proceso interno y que permanezca en la dirigencia Alfonso Ramírez Cuéllar.

AMLO dijo no tener información sobre el tema, pero sostuvo “que en caso de que sea cierto, las supuestas gestiones fracasaron ya que el proceso de elecciones mediante encuestas se encuentra en marcha”.

Quiere decir que el presidente AMLO, no está de acuerdo en que el proceso se cancele; sin embargo, tres días después se confirma que si hubo esas gestiones con esa intención y ayer se publicó que: “El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tepjf) votará hoy una propuesta de resolución para anular el proceso de elección de la dirigencia de Morena que lleva a cabo el Instituto Nacional al Electoral”.

El proyecto ya circuló y se iba a votar ayer, pero el Tribunal canceló la sesión para ese efecto.

En el proyecto concluye que “al haber resultado fundados los motivos de disenso, lo procedente es revocar el procedimiento de renovación de dirigencias llevado a cabo por el INE.

Implica una prórroga a los actuales integrantes del Comité Ejecutivo Nacional para que estén en condiciones de intervenir en el desarrollo y conclusión de los procesos electorales federal y locales, para que, una vez que éstos concluyan, se continúe con la renovación de la presidencia y la secretaría general del CEN, en términos de esta ejecutoria.

Mario Delgado publicó en Twitter que el Tepjf “tirará la encuesta para la dirigencia de Morena. Al parecer resultaron ciertas las presiones externas para evitar que la gente decida en nuestros movimientos. Se confirma: ‘mucho pueblo para tan poco dirigente”.

O sea, que el presidente AMLO tiene razón en molestarse: no le hacen caso en Morena.