Colima.- Las mujeres destacan cada día en el ámbito laboral y social, por ello a pocas personas les causa admiración ver a una mujer portando un arma y vestida con camuflaje, enrolada en el Ejército Mexicano, aprovechando que la institución cumple con la Ley de Equidad de Género y abre sus puertas para ellas se enlisten en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y participen en las actividades castrenses. Pero eso no ocurre solo en Colima: sucede en todo el país.
Zinthia Caldera Radillo es soldado auxiliar. Nació en Colima, Colima, y está adscrita a la 20 Zona Militar. A ella la atrajeron la disciplina y los valores que se les inculcan a los militares. “Siempre tuve mucha curiosidad por pertenecer al Ejército y Fuerza Area mexicanos”. Y cumplió su sueño, pues tuvo su oportunidad cuando gracias a la equidad de género la milicia aceptó incorporar entre sus filas a mujeres como Zinthia, quien se ha desempeñado en labores logísticas y operativas.
Incursionar en el mundo de las armas no es solo un reto personal para Zinthia, también lo es para su familia: sus padres y sus hermanos, quienes debieron cambiar cualquier idea previa que tenían sobre Zinthia. Ahora tienen en casa a una soldado con una disciplina a prueba de todo.
“Ellos no me creían y decían que cómo era posible que una mujer pudiera entrar al Ejército. Actualmente, ver a personal femenino en el área castrense causa mucha admiración pero desempeñamos labores igual que nuestros compañeros. Muchas personas pensaban que no era capaz de estar aquí, de aguantar la presión, el tipo de trabajo y pues aquí estoy”.
Su vida, sobre todo su forma de ver las cosas, se transforma al poner un pie en el cuartel. “Cuando llego soy militar completamente y saliendo sigo siendo militar, solamente que no traigo mi uniforme. La mentalidad es la misma: tienes disciplina, se te inculcan valores, cambia tu manera de ser completamente. Sigo siendo la misma, nada más que ahora tengo un compromiso con mi país”.
Zinthia tiene un único objetivo: ascender, aprender y permanecer en el Ejército Mexicano. La experiencia que le da el haber dejado la vida civil por la vida militar la llena de orgullo. Más ahora, cuando ha cumplido su sueño, aquel que tenía de niña cuando miraba fotografías de desfiles, con uniformes, boinas y botas.
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