Investigación concluye que hay disminución de escorrentías en la laguna de Zapotlán

Zapotlán El Grande, Jalisco.- La investigación “Generación de escorrentías en un bosque seco tropical en la cuenca de Zapotlán”, concluyó que el agua de lluvia que llega a la laguna de Zapotlán ha disminuido y por lo general llega acompañada de “un arrastre considerable de sólidos”, situación que genera un desbordamiento del cuerpo de agua, expuso el académico del Centro Universitario del Sur, José Guadalupe Michel Parra.

EL trabajo es un proyecto doctoral de Kegan Farrick, estudiante de la Western University de Ontario, Canadá y en cuya investigación estuvo inmerso el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara (CUSur), a partir de un convenio de colaboración.

La investigación inclusive recibió 70 mil dólares por parte del gobierno canadiense donde se estuvo monitoreando la cuenca en sus diferentes escorrentías, al principio en la subcuenca de la Catarina y posteriormente en la parte alta de la montaña.

“Los resultados no son halagadores, en algunas partes del país estamos sufriendo estrés hídrico y en otras abundancia de agua, y aquí tenemos problemas de estrés hídrico por las escorrentías, dado que las actividades principalmente antropogénicas han perturbado considerablemente la montaña en su cuenca alta; eso interrumpe el ciclo del agua y sus escorrentías, ya que lo hace superficialmente y no se absorbe al subsuelo, y lo que genera es un arrastre considerable de sólidos de suelo al lago”.

Ahora el lago, en apariencia, ha incrementado su nivel e inclusive el tramo del periférico a su paso por el cuerpo de agua está cerrado.

“El lago se está desplazando con tendencia hacia la parte sur y no hacia la parte norte como estuvo en algún momento”. Esta situación en el corto plazo pudiera generar un conflicto de tenencia de tierra, ya que en esa zona convergen las concesiones federales y ejidales.

Por su parte, Kegan Farrick presentó ante autoridades del campus universitario y del gobierno municipal parte de los resultados obtenidos en tres años de investigación, lapso en el que fue asesorado por Brian Branfireun, doctor del departamento de Ciencias de la Tierra de la Western University.

El doctorante precisó que los bosques secos, como los que se encuentran en Zapotlán El Grande, ocupan el 42% del total de los bosques tropicales y representan el 19% en el mundo, con una distribución principalmente en México, Sudamérica, África y Asia.

Su estudio es vital, dijo, porque se conoce muy poco de la hidrología en este tipo de ecosistema. En este caso la investigación se limitó a identificar qué condiciones son las más importantes para generar los escurrimientos en las montañas, “porque los escurrimientos son las fuentes de alimentación del lago”.

Una de las mediciones fue cuánta precipitación fluvial había a partir de sensores que estuvieron colocados a una profundidad de más de un metro y una cierta distancia para medir la absorción de agua y la humedad.

Los dispositivos se ubicaron en sitios de difícil acceso, por lo general laderas, donde no hubiera afectaciones del hombre para conocer la absorción natural del agua de lluvia.

De acuerdo con los resultados, en mayo existe muy poca humedad en la tierra, en junio hay un incremento y en julio la tierra está llena de humedad y el agua ya no se puede absorber generando el escurrimiento que alimenta al arroyo y otros afluentes que llegan a la laguna. Este efecto, conocido como escorrentía, se produce cuando el subsuelo absorbe 185 milímetros de agua, precisó Kegan Farrick. BP

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