En su comparecencia ante la comisión Chilcot, el primer ministro británico Gordon Brown consideró «correcta» la invasión a Irak en 2003, ya que se tomó por las debidas razones, pero reconoció que hay «lecciones que aprender».
La comisión Chilcot, que investiga la intervención de Reino Unido en la invasión a Irak, escuchó a Brown decir que como ministro de Finanzas y al igual que todos los demás miembros del gobierno de su antecesor Anthony Balir, fue informado del proceso de la participación británica en la coalición que encabezó Estados Unidos para invadir.
En la fase inicial de su testimonio, indicó que como responsable del Tesoro británico aseveró que el tema financiero no era problema en la guerra contra el régimen de Sadam Hussein.
Esta comparecencia estaba planeada para realizarse luego de las elecciones generales previstas de manera tentativa para el próximo mes de mayo, pero fue adelantada con la conformidad de Brown porque, expresó, no quiere llegar a la cita electoral con preguntas sin responder.
