Instantes del último debate

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Por: Rubén Pérez Anguiano*

  • El tema de temas es la seguridad, pero pocas candidatas y candidatos se atreven a tocarlo. En nuestra entidad es evidente esa carencia. La candidata más fuerte a la administración de Villa de Álvarez no lo incluyó en sus propuestas y, siendo sinceros, tampoco puede hacerlo, pues es un tema alejado de su trabajo como funcionara municipal. Las únicas ocasiones en que la inseguridad apareció en su gestión fue en la forma de homicidios y atentados contra sus policías y funcionarios.

  • Algo similar podría decirse de la excandidata de Movimiento Ciudadano a la presidencia de Colima: decidió mirar hacia otro lado frente a los graves problemas de seguridad, como si el tema estuviera alejado de su responsabilidad pública. En el mismo sentido podríamos analizar a la expresidenta municipal de Manzanillo, hoy candidata a senadora, pero en verdad no tengo allí una perspectiva tan a la mano como en los otros dos casos.
  • La candidata Claudia Sheinbaum, a pesar de tener la ingrata tarea de asumir la defensa de la actual administración en materia de seguridad, logró mantenerse a flote en el reciente debate. Es casi increíble que lo haya logrado, considerando que la política de seguridad del gobierno federal es un fracaso evidente. Lo peor es que la citada candidata ofreció más de lo mismo, como lo son las reuniones de seguridad a las seis de la mañana, que pocos resultados pueden acreditar hasta el momento. Insistir en algo que no funciona implica desconectarse de la realidad.
  • Álvarez Máynez, por su parte, dice cosas interesantes y cuida el mercado de opinión de los jóvenes, donde encuentra su nicho de oportunidad. El problema aquí es que no dice cómo hará las cosas y cuando lo hace parece perder piso. Refugiado en la imposibilidad electoral hace uso del derecho del retador y afirma sin necesidad de probar. Al respecto la fórmula es así: un candidato con posibilidades reales de triunfo cuida lo que dice porque sabe que le será exigido, pero si no se tienen esas posibilidades el discurso se vuelve osado y generoso, aunque muchas veces alejado de la realidad. Uno es el discurso prudente (que puede ser aburrido) y otro es el fantástico (que puede ser atractivo).
  • La candidata Sheinbaum dijo que la política exterior del presidente AMLO es un orgullo. Cuestión de perspectivas, claro, pues a mí me parece que la política exterior fue fallida y llena de escándalos. No sólo se generaron conflictos innecesarios y posiciones extravagantes, sino que se habilitó a ex gobernadores del PRI (y no precisamente los de mejor imagen pública) como embajadores, en detrimento de la costumbre de impulsar a académicos, escritores y personal diplomático de carrera. La tradición de la política exterior mexicana, que en algunos momentos alcanzó reconocimiento y prestigio, hoy parece abandonada en aras de un pragmatismo electoral que se expresó así: si no intervienes en el proceso local y dejas ganar a Morena te tocará una bella embajada. Eso quedará para la historia y será fríamente analizado. 
  • La candidata Sheinbaum insistió en la descalificación del poder judicial, lo cual es una de las peores formas de la política impulsada por la actual administración. Si se afecta al poder judicial se lastima el delicado equilibrio de la división de poderes, que es uno de los soportes de la filosofía republicana. Claro, es un mecanismo imperfecto, pero es el que poseemos (como lo son también la democracia y el constitucionalismo) para sostener a las instituciones. Por cierto, la sombra del exministro Zaldívar, siguió flotando sobre la perspectiva de la candidata Sheinbaum, que decidió refugiarse en la ajada respuesta: “si tienen pruebas que las presenten”. Pues ni hablar, están brotando las pruebas y la historia aún dará mucho de qué hablar con relación a este extraño personaje.
  • Hablando de seguridad y elecciones, no se mencionaron en el debate, como yo habría esperado, los casos de homicidios y atentados contra representantes de todos los partidos. Al parecer, ya suman por decenas las renuncias de candidatas y candidatos en ciertas entidades del país, como en Chiapas. Eso lleva a suponer que en algunos lugares de México la democracia sólo será una palabra. Quizás, es algo aterrador pero debe decirse, la democracia puede llegar a ser sólo un recuerdo.

 

*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 55 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca y letras colimenses, así como un libro de aforismos.