Indignación en China por escándalo de vacunas

Un escándalo de vacunas en China, que ha provocado reacciones de indignación por parte de políticos y ciudadanos hartos de las amenazas sanitarias en el país, está causando revuelo en el mercado nacional de fármacos y pone en peligro las ambiciones chinas de jugar un papel más determinante en este sector a escala global.

Las acciones de los fabricantes chinos de vacunas y las firmas de biotecnología caían el lunes después de que el premier Li Keqiang criticara a Changsheng Biotechnology Co por haber cruzado una línea roja moral y exigió una rectificación rápida.

Changsheng ha falsificado documentos de producción relacionados con una vacuna contra la rabia que se administra a bebés desde los tres meses, lo que pone de relieve las dificultades con que se enfrenta China para limpiar la imagen de una industria farmacéutica -la número dos del mundo- que aspira a exportar vacunas elaboradas en el país.

Aunque no se han constatado daños a la salud por la vacuna, el regulador ordenó a Changsheng detener la producción y retirar el producto después del escándalo, que surgió a principios de este mes.

El caso se ha vuelto viral en China, donde la sensibilidad sobre la seguridad de los alimentos y los medicamentos es extremadamente alta después de una serie de escándalos en la última década. Fue uno de los temas más debatidos el lunes en Sina Weibo, un sitio web de microblogging.

En un comunicado publicado en el sitio web del gobierno a última hora del domingo, el primer chino Li Keqiang pidió una investigación inmediata e instó a un castigo severo para las compañías y las personas implicadas. Agregó que el público necesitaba información clara.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de China dijo en un comunicado que su investigación reveló que Changsheng manipuló registros de producción e informes de inspección de productos, y cambió arbitrariamente los parámetros del proceso y el equipo, mediante «violaciones graves» de las leyes.