Colima.- La falta de una cultura de la donación de órganos y de programas que satisfagan estas necesidades, “hace que muchos pacientes que están en lista de espera no logren su objetivo de ser trasplantados; en algunos de ellos se deteriora más la salud y pueden incluso fallecer en la espera”, dijo en entrevista Julio César Naranjo Chávez, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima.

Este 27 de febrero se celebra el día mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos, con la intención no sólo de crear conciencia sobre la importancia de la donación, sino también de rendir un homenaje al personal de salud y a los donantes.

De acuerdo con este profesor, que imparte la materia de Cirugía general en el campo clínico, todas las personas en algún momento pueden ser donadores, ya sea en vida o cuando se les diagnostique muerte cerebral, “lo único que nos harían son pruebas para asegurarnos que no tenemos enfermedades infectocontagiosas que puedan transmitirse a los posibles receptores y para comprobar que el órgano a donar esté en buen estado. Generalmente la donación es gratuita, no debe generar un costo, por ningún motivo, para nadie”.

La falta de información veraz sobre este tema y el miedo, dijo, hace que sean pocas las personas que acepten ser donadores. Se estima, por ejemplo, que en México el 80% del origen de las donaciones de riñón viene de una persona viva, ya sea de familiares o amigos, mientras que en otros países, ese mismo porcentaje de donación vienen de pacientes cadavéricos.

“Cuando hablamos del donador multiorgánico cadavérico, no es el que está saliendo de una funeraria o de algún cementerio, sino aquél cuyo cerebro ya no funciona, pero sus órganos sí. A esto lo llamamos muerte cerebral”, explicó.

De acuerdo con el académico, los pacientes pueden recibir un órgano de un familiar o amigo, lo cual acorta el tiempo, sobre todo de aquellos que esperan un riñón o médula ósea. Se estima que el tiempo de espera para estos pacientes es de seis meses a un año, mientras que otros tendrán que esperar un donador multiorgánico cadavérico, en una larga lista, razón por la cual muchas veces veces los pacientes mueren esperando un órgano.

Además, comentó, no todas las personas que necesitan un órgano pueden ser trasplantadas “porque también hay que ver si el receptor está en condiciones de recibirlo; por ejemplo, entre 20 y 30% de los enfermos de riñón, que están en diálisis o hemodiálisis, son candidatos para recibir uno, el otro 70% no lo está. Generalmente, cuando desarrollan la enfermedad ya tienen un estado de salud deteriorado y esa situación no les ayuda para tener un trasplante con suficiente seguridad, que garantice buenos resultados”.

Esto, dijo, va acompañado de todo un protocolo de estudios médicos y psicológicos de los pacientes, así como de analizar el sitio en que se realizará el procedimiento médico, y es que no todos los hospitales están autorizados para realizarlos. De acuerdo con Naranjo Chávez, en el país hay más de 130 hospitales que cuentan con un programa donde ya se evaluaron los procesos de trasplantes con resultados exitosos, y se encuentran en la Ciudad de México, el Estado de México, Puebla, Nuevo León, Jalisco, Sinaloa, Sonora Coahuila, Chihuahua, Veracruz, Querétaro, Yucatán y Aguascalientes, por mencionar algunos.

También, añadió, hay hospitales llamados de procuración de órganos, donde se detecta a los posibles donadores y los órganos que pueden ser donados, “pero el trasplante, la experiencia mundial opina que debe hacerse en hospitales que han acumulado experiencia y que cuentan con el equipamiento para que los resultados sean lo más exitosos posibles. El hospital Regional Universitario, por ejemplo, tiene la experiencia de haber realizado en sus inicios procuración y trasplantes; el programa funcionó por 15 años y tiene cinco o seis años sin realizar trasplantes”.

Julio Naranjo sabe lo importante que es crear la cultura de la donación de órganos, por eso insiste en que es necesario que las personas se informen con datos reales y mediante la experiencia de personas que fueron donadores o recibieron un órgano; “sin duda debe existir la voluntad de la donación, pero es baja, quizás por miedo, por los mitos, pero es importante hablar del tema y conocerlo”.

Para quienes tengan la voluntad de ser donadores de órganos y tejidos, la Secretaría de Salud Federal dispone de una credencial gratuita, que puede obtenerse desde su sitio web, para que en caso de tener muerte cerebral, el personal médico sepa que es donador.

“A pesar de tener esta credencial -continúo-, se les pide que anuncien su decisión a los familiares, así que si quieren ser donadores tienen que comentarlo con la familia para que, en caso de que suceda una condición de muerte cerebral, respeten lo que éste quería en vida, porque también es un momento difícil para las familias”.

También, el profesor de la Facultad de Medicina explicó que los donadores no deben tener enfermedades infectocontagiosas, “cénceres vigentes, tatuajes o piercing recientes, por lo menos los últimos dos años, debido a que podrían tener enfermedades como la hepatitis, sobre todo cuando hablamos de tatuajes no profesionales; además, no deben tener ninguna adicción a las drogas, entre otros estudios que se les pedirán”.