COLIMA.- La experiencia de la Universidad de Colima (UdeC) en el desarrollo de 17 huertos escolares en sus bachilleratos despertó un amplio interés durante una pasantía académica realizada por una académica colimense en la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), cuyo objetivo fue definir criterios de éxito para los huertos educativos y comunitarios que ambas instituciones impulsan.
La profesora investigadora del Centro Universitario de Gestión Ambiental (CEUGEA) de la Universidad de Colima, Rosalba Thomas Muñoz, fue invitada por la universidad costarricense a partir de su trabajo en el programa Educar para la vida, presentado hace tres años en una charla dirigida a profesoras y profesores de esa institución educativa.
La UNA desarrolla un proyecto de huertos educativos con un enfoque distinto al de la UdeC, ya que inició con huertos comunitarios: uno en la Isla Venados, otro en un espacio universitario y un tercero en una colonia urbana. Durante la visita, informó Thomas Muñoz, impartió una conferencia sobre los fundamentos educativos y pedagógicos de los huertos, así como sobre la relevancia de estos espacios en el quehacer universitario.
Rosalba destacó que la universidad costarricense cuenta con un Instituto de Ciencias Forestales, lo que refleja la importancia que le dan a los temas ambientales en un país caracterizado por la abundancia y diversidad de recursos naturales. Estos proyectos reciben un amplio respaldo de las autoridades universitarias y de los institutos especializados del área.
En el caso de Isla Venados, señaló, la población tiene una amplia experiencia en el cultivo, ya que muchas familias cuentan con huertos en sus hogares y en la comunidad. Además, resaltó las similitudes de vegetación y clima entre Costa Rica -particularmente la provincia de Heredia- y Colima, lo que favorece el intercambio de experiencias.
Actualmente, detalló la académica, la UNA se encuentra en una etapa de fomento y sensibilización, sin un método de cultivo estandarizado, centrada en el trabajo directo con la tierra en cada comunidad. La participación, compartió Rosalba Thomas, se da principalmente entre personas adultas, debido a su disponibilidad de tiempo y a los espacios de convivencia que se generan.
“Nos comentaron que uno de sus principales retos es integrar a niñas y niños en los huertos, y por eso les interesa conocer la experiencia de éxito que tenemos en la Universidad de Colima”, relató Thomas Muñoz en entrevista.
Otro aspecto relevante, subrayó la investigadora del CEUGEA, es la fuerte vinculación comunitaria de la universidad costarricense, que mantiene convenios con ayuntamientos para la cesión de terrenos donde desarrollan los huertos, que son espacios abiertos, con buena iluminación y acceso para toda la población, a la que se invita a participar.
Para las y los académicos de la UNA, añadió, resultó sorprendente que la UdeC cuente con 17 huertos escolares, por lo que mostraron interés en conocer cómo, a través del Sistema Integral de Gestión Ambiental (SIGA), y en particular de su eje de áreas verdes y jardines aprovechables, se han consolidado estos espacios.
A diferencia de México, explicó, en Costa Rica no existe el nivel de bachillerato universitario, por lo que son estudiantes de Agronomía, Biología, Ciencias Ambientales, Ciencias Forestales, Filosofía y Sociología quienes participan en el cultivo de hortalizas como lechuga y arúgula, además de plantas medicinales.
Más allá de la producción de alimentos, dijo Thomas Muñoz, uno de los principales aprendizajes de esta experiencia es que los huertos -ya sean domésticos, comunitarios o escolares- fomentan la convivencia, los afectos y el bienestar emocional, aspectos relevantes en contextos donde adolescentes y personas adultas enfrentan problemáticas como ansiedad y depresión.
Finalmente, la académica universitaria adelantó que este trabajo colaborativo podría escalar en los próximos ciclos, integrando el eje mente–cuerpo–tierra como una línea central de formación y vinculación social.





















