Gas pimienta, preferido por adolescentes para su protección: comerciante

Colima.- Algunas menores de secundaria y bachillerato optan por traer en sus bolsos y mochilas un pequeño contenedor con gas pimienta para su protección, principalmente cuando tienen que cruzar trayectos solitarios al salir de las escuelas, en los turnos vespertinos.

La dependienta de un comercio en el que se venden diversos objetos para la seguridad personal, comentó a AFmedios que el costo de un aerosol de pimienta varía de 100 a 200 pesos, y viene en contenedores que se pueden camuflar, como es el caso de uno similar al tubo de un labial o de un llavero.

La recomendación que hace la entrevistada, es que quien use este tipo de aditamentos tienen que traerlo en la mano, previendo en todo momento un ataque, no esperar a que suceda para sacarlo del bolso o donde lo guarden.

“Tienen que adelantarse a lo que pueda suceder, si saben que van a cruzar calles solitarias o baldíos, ya tienen que traer en la mano el gas pimienta, para utilizarlo en cuanto sientan que pueden ser agredidas”.

Consideró que es más efectivo el gas pimienta que los artefactos que generan descargas, porque para funcionar, se necesita la cercanía y el contacto con la persona, y se corrre el riesgo de que el atacante lo quite y lo use en contra de la víctima.

Por el contrario, con el aerosol se puede defender a una distancia y hay varios puntos que se pueden afectar, los ojos, la nariz y la boca.

Incremento en demanda de silbatos

La encargada del comercio señaló que cuando miembros de la sociedad convocaron a una marcha para inconformarse por la supuesta desaparición de menores, la demanda de silbatos se incrementó.

“Llegaban señoras a comprar hasta tres o más silbatos, decían que eran para sus familiares, amigas o vecinas”.

El grupo de organizadores del evento, denominado “Familias en acción”, invitaba a la sociedad a adquirir un silbato para alertar en caso de que alguien estuviera siendo atacado.

La dependienta del lugar asegura que esa medida solo funcionará si la gente está informada y quiere participar, porque de nada sirve escuchar el sonido del silbato si las personas no saben que significa, además de que muchos no quieren intervenir por no meterse en problemas.

“Lo ideal es que exista mucha comunicación entre las familias, los vecinos, que todos nos apoyemos para cuidarnos mutuamente, sino, de nada sirve”, concluyó.

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