Por Jorge Arturo Orozco Sanmiguel

Hemos escuchado tanto este tema, y como me gusta cumplir mi palabra, la pasada columna escribí que tocaríamos este tan mencionado tema. Y empecemos desde el análisis inicial: la oposición “no entiende que no entiende” Pues han sido meses de ruedas de prensa, videos y posicionamientos acerca de que MORENA tendrá una mayoría calificada. Nuevamente, no entienden que no entienden.

Empecemos no desde la cantidad, sino desde la palabra MORENA. Efectivamente, dicho partido tendrá 236 diputaciones federales: 161 de Mayoría Relativa y 75 de representación proporcional. Ahí es donde empezamos: ¡NO ES MAYORÍA CALIFICADA! Quien la tiene es la Coalición “Sigamos Haciendo Historia” conformada también por el Partido Verde Ecologista de México, (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) Eso no puede significar que tendremos aprobaciones masivas de iniciativas. Al contrario: se viene lo bueno.

Tanto es del conocimiento de muchas y muchos que el PVEM ha sido un partido satélite del PRI, pero lo podemos llamar mercenario, pues mantuvo la postura de aprobar todo a cambio de acuerdos a favor de actores políticos de este partido. Y no dudemos ni un segundo que seguirá la misma línea, ahora con la izquierda.
Actualmente, en caso de que MORENA accione a favor de los acuerdos que solicite las pupilas y pupilos verdes, se tendrían 313 diputaciones, (236 de MORENA y 77 del Partido Verde) Para obtener la mayoría calificada, les faltarían 21 votos a favor. Es ahí donde le aseguro que se viene lo bueno.

Al Partido del Trabajo se le otorgarán 51 diputaciones, pero una característica de este partido son sus programas educativos que ha impulsado, y en eso vaya que les han quedado mal. En la campaña del 2018, el presidente en turno, Andrés Manuel López Obrador, no anunció, con mucho énfasis PROMETIÓ regularizar dichas instituciones. Hoy, el presidente está a días de entregar la banda presidencial con ese pequeño incumplimiento y grande error.

En estas elecciones del 2024 fueron en coalición, pero vimos un ambiente de roses entre dirigentes, candidatas, candidatos y uno que otro brigadista. Tal es el caso que a veces los peores enemigos de la campaña del PT y el PVEM, eran los mismos guindas. Les robaron candidaturas a ambos partidos, signaron candidatos morenistas en banderas petistas y ecologistas, le negaron una posición a Noroña, (siendo que se lo prometieron en acuerdo firmado) y la última fue negarle un saludo a dicho presidenciable. Posiblemente sí estén enojados los petistas, no sé usted qué opine.

Es aquí donde ponemos en análisis la siguiente pregunta: ¿Y en Colima qué pasó? La respuesta: vimos lo mismo, y veremos lo mismo. Los morenistas y sus líderes, (por algo lo escribo por separado) armaron el mejor festejo por el triunfo, salieron ahora sí a dar entrevistas sin miedo al debate.

Como lo mencioné un párrafo antes: veremos lo mismo. En el H. Congreso del Estado, MORENA no es mayoría; quien se ganó este título fue la coalición. Ahora esas caras de sonrisas tendrán que tipificarlas en elogios y apoyos. Hagamos cuentas: Para aprobar y proteger cualquier iniciativa, se necesitan 16 diputadas y diputados. El Movimiento de Regeneración Nacional tendrá un total de 12 legisladores, (considerando que Priscila García y Andrea Naranjo son guindas, pero sigladas con bandera petista y ecologista) el PVEM tendrá tres, así que les faltaría solamente uno, o de preferencia dos. Y saben quién tiene ese número: exacto, el PT. Con ello, Morena tendrá que realizar negociación y operación política de manera quirúrgica, para poder salvaguardar la representación de mayoría calificada.

Quién imaginaría que este escenario colocaría al PT en un papel determinante, quien ocupará también de un buen oficio político que pueda llevar a buen puerto. Esta es la oportunidad del Partido del Trabajo, pues estarán en los reflectores.