ESCOLLERA / Las elecciones, tiempo de jauja para la población

Por Edgar Cazares

*Ya ha transcurrido casi una cuarta parte del periodo donde los candidatos a cargos como alcaldes y diputados locales se presentan ante la gente para convencerlos de que su proyecto es el adecuado.

En el puerto, ya lo hemos dicho en varias ocasiones, la contienda parece ceñirse a un par de propuestas aunque indiscutiblemente será una disputa muy cerrada. No obstante por esto último los asesores de una y de otra parte han comenzado a hacer política de la fina y tejer acuerdos que les acerquen más simpatizantes.

Uno de esas posibilidades surge desde los equipos de campaña de la coalición Va X Colima, cuyo abanderado en el puerto es Jorge Luis Preciado y los del verde, que nominaron a Irene Herrera como su contendiente en lo local.

Y es que se busca la posibilidad de que esta última pueda aceptar una alianza de facto que les permita a ambos derrotar a la aspirante de MORENA quien simplemente parece dejarse llevar por esa misma ola que en el 2018 le condujo a Juárez No. 100. Es un mero rumor que con los días habrá de aclararse. Pero que no suena nada descabellado.

*Porque no está para saberlo pero ha sido más que notorio que cuando los de la 4T hacen campaña en el puerto se presenta con bombo y platillo a todos sus candidatos menos a la abanderada a la alcaldía porteña a quien anuncian con mucha discreción. Tan es así que la candidata de marras ha optado por hacer su campaña en conferencias de prensa grabadas desde un escritorio. En lo dicho quien siembra tempestades…

*Sin duda que las elecciones son un periodo de Jauja para la población. Y es que además de ver un sinfín de políticos obsequiosos a la puerta del hogar, caminando esas calles que quizá nunca volverán a visitar, y fingiendo ser fanáticos de los tacos, del menudo y la birria (no tiene precio ver las caras del político entrándole con fé a esos platillos casi olvidados por sus paladares ahora exigentes o habituados a lo gourmet) es poco en comparación ya no digamos a la repartición de playeras, gorras y otros aditamentos que la mayor parte de la población usa para realizar aquellas tareas donde sabe que su ropa de uso continuo se arruinará sino de la irrupción, súbitamente, de obras y acciones por doquier. Un amigo me confesaba, genuinamente, su odio por estas épocas “solamente en estas fechas veo persona a persona al político que me va a gobernar”, masculló mientras compartíamos el pan y la sal.

“Tienes que verle el lado positivo a todo”, repliqué. Así pues le sugerí que precisamente aprovechara tales visitas domiciliarias tan características de estos tiempos y aclarara de una vez sus dudas antes de que el aspirante desapareciera de su vista, quizá para siempre.

“Pregúntale qué busca, qué pretende, qué hará en beneficio no solo tuyo sino de tu comunidad…exígele, rétalo (en el buen sentido de la palabra)”, insistí.

Porque muchos parecen no darse cuenta pero casi todos los candidatos van, tocan la puerta y piden encarecidamente el voto. “Ahí le encargo el voto”, plantean en lo que casi es ya una muletilla de todos los abanderados.

Es un ritual electoral que se ha convertido ya, dada la incredulidad casi generalizada del pueblo, en un monólogo.

“Me retiro antes de que me reclamen algún pendiente u omisión” parece reflejar el suspirante en su rostro, con ese rictus sonriente, forzado y poco creíble en la mayoría de los casos muy pocos son los que exponen ideas, proponen diálogo, aceptan propuestas, te miran fijamente y menos los que admiten críticas.

“Si uno de esos, uno entre decenas, te acepta todo eso, quizá ahí pueda estar la respuesta que buscas a tus necesidades como ciudadano”, rematé en esa conversación fraternal que entablé con mi interlocutor.

Porque ciertamente hay entre todo el espectro político quienes buscan el verdadero cambio (que no se mimetiza entre colores o ideología por cierto) o ayudar un poco o mucho a procurar un real desarrollo de su entorno. Contados son los casos pero los hay.

Está en manos de la gente discernir las ofertas francas y los promesas de ocasión. Es difícil encontrarlos pero la obligación del ciudadano no solo es ir a votar sino también apoyarse en la razón para saber elegir bien.

Gracias por su fina atención. Comentarios a edgar.cazares.afmedios@gmail.com