ESCOLLERA / El tema de la –in-seguridad, otro pendiente de la 4T

Por Edgar Cazares

*No puede dejarse de lado que las nuevas autoridades –aunque ni tanto, porque ya van a concluir su trienio-, las de la 4T, no han podido –o no han querido- cumplir su promesa de resolver el problema de seguridad que desde el segundo lustro de este nuevo milenio ha convertido en un mar de sangre al país y que nos tiene a todos en una indiscutible zozobra.

Porque si no hay tranquilidad las inversiones, el desarrollo, el progreso y la armonía social son una utopía.

Manzanillo no es la excepción y en semanas recientes el lugar se ha convertido en una carnicería donde atrás tiempos era un auténtico edén: cuando no hay balazos, han tiroteos y ni que decir de heridos y muertos.

Cierto, es un escenario que no es nada nuevo y los gobernantes que antecedieron a los actuales mucho tienen que ver para que este panorama se haya ennegrecido. Sin embargo los que llegaron con la ola López Obrador dijeron casi tener la varita mágica en este sentido y la realidad es que del discurso han pasado a los pretextos, pero sobre todo a culpar una y otra vez a los que se fueron.

Lo que es indiscutible es que la situación cada día se torna más insoportable puesto que, a decir verdad, la ciudad nunca había estado tan custodiada.

A los gendarmes municipales, estatales y militares que antes hacían rondines ahora hay que agregar a los de la Guardia Nacional pero la situación parece no mejorar.

Las autoridades morenistas deberán apretar el acelerador para corregir el rumbo porque poco queda de aquí a las próximas elecciones de junio. Y si algo le salió caro a los partidos políticos tradicionales fue precisamente el saldo negativo en temas de seguridad. Se ve difícil pero la esperanza muere al último.

*La vida da tantas vueltas que de repente encontramos compromisos del gobierno izquierdista donde han tenido que meter irremediablemente reversa. Uno de ellos era que una vez al mando éstos harían que los militares regresaran a sus cuarteles. Nada más ajeno a la realidad: en el caso de Manzanillo hoy mismo las autoridades municipales recularon y pusieron al frente de la dirección de Seguridad a un militar.

Fernando Winfield Torres, asumió el cargo de director “a solicitud del Secretario de la Marina Armada de México, Almirante José Rafael Ojeda Durán, debido a que Manzanillo es el principal puerto del país y es un territorio estratégico para la seguridad nacional”. Ni más, ni menos.

*Más tardaron el Partido Verde y el Partido del Trabajo en prometerse lealtad –y vivir felices- por siempre que en determinar cada cual seguir por su lado.

Es una noticia que se veía venir porque es evidente que los dirigentes morales de ambas fuerzas políticas tienen sus argumentos para aspirar a encabezar tal coalición rumbo a la gubernatura.

Por un lado Virgilio Mendoza, a pesar del tropiezo inesperado del 2018, sigue siendo por sí mismo un activo político de mucho peso –lo que nos lleva a decir que el partido que dirige le queda chiquito- y tiene un programa de gobierno sumamente profesional.

Y por otro lado no debemos olvidar que el petista Joel Padilla fue el político que más votos obtuvo en el 2018 –con más de 130 mil sufragios, claro, en la planilla que encabezó, amén de llevar recorrida la legua en lides políticas.

Es una lástima pues que no se hayan puesto de acuerdo porque lucían como una alternativa, un contrapeso, y una oferta política interesante.

Sus razones –o ambiciones- tendrán al haber tomado tal decisión pero ir cada quien por separado pondrá más cuesta arriba el camino que ambos siguen para alcanzar el máximo puesto político del estado.

APUNTES DESDE LA COSTA

*Sucedió lo inevitable: Colima regresó a semáforo rojo. Y con ello no solamente regresamos a un panorama muy crítico en materia de salud sino, que no es menos malo, económico.

Ciertamente lo más importantes es la vida pero muchos estarán –o estaremos- en una auténtica encrucijada: o afrontamos el riesgo de contagio por COVID-19 o a pasar penurias por no poder salir con la libertad de antes.

Debe privar la conciencia colectiva, por favor. Y que dios nos agarre confesados.

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