Berlusconi, que dimitió en noviembre asediado por los escándalos y la inestabilidad en los mercados financieros, ya enfrenta otros tres juicios en los que se le acusa de corrupción, evasión fiscal y pagar por sexo a una prostituta menor de edad.
«Como se esperaba. Hemos perdido la cuenta de los juicios», dijo el abogado de Berlusconi, Niccolo Ghedini. El juicio comenzará el 15 de marzo.
El último caso procede de las acusaciones de que Berlusconi hizo presión para que un periódico propiedad de su hermano publicara una conversación grabada que debería haber permanecido secreta debido a una investigación en curso.
La conversación se produjo en 2005 cuando la aseguradora Unipol había presentado una oferta por la Banca Nazionale del Lavoro, que después fracasó y provocó una investigación sobre algunos gestores de la operación por posibles delitos financieros.
En la llamada de teléfono se oye a Piero Fassino, entonces principal rival de Berlusconi como líder del mayor partido de centroizquierda, preguntándole al jefe de Unipol: «¿Entonces, tenemos un banco?».
La conversación no sugería que el político hubiera cometido un delito, pero era mantenida en secreto por los fiscales que investigaban una posible interferencia inadecuada en el caso, y Berlusconi, que entonces era primer ministro, pudo escuchar la grabación.
Berlusconi es acusado de presionar para que Il Giornale publicara la transcripción para dañar a la centroizquierda.
El magnate niega cualquier mala práctica y acusa a magistrados con motivaciones políticas de orquestar una campaña en su contra. En una audiencia que tuvo lugar el martes, Berlusconi dijo que nunca escuchó la grabación y que no ordenó su publicación, sostuvo Ghedini.
Hace tiempo que el ex primer ministro critica a la fiscalía por utilizar conversaciones grabadas en los casos en su contra, afirmando ha sido espiado. Su Gobierno intentó, sin éxito, prohibir que los periódicos publicaran el contenido filtrado de conversaciones grabadas.
Con información de Reuters
