En volandas

EL GENOCIDIO ARMENIO

Por: Rubén Carrillo Ruiz

El papa Jorge Bergoglio puso, recientemente, en vilo a la conciencia mundial cuando recordó que en 1915, justo hace un siglo, los turcos cometieron el primer genocidio del siglo XX. Dueños del planeta en esa época, exterminaron a millón y medio de armenios. Siempre tapiaron esa culpa. La afirmación del pontífice caló hondo, tanto que originó una marabunta de reclamos de Turquía e iglesia ortodoxa, que siempre esquivan su responsabilidad.

Muchos países europeos reconocieron, públicamente, tales hechos atroces. Sin cloroformos diplomáticos, sobre todo porque Turquía, heredera de ese imperio que se desmoronó al término de la primera guerra mundial, pertenece a la Unión Europea.

Vincent Duclert es un especialista francés en el tema. Dice que en el corazón de la Primera Guerra Mundial comenzó el genocidio. Historiador, autor de libros sobre el caso Dreyfus, escribió recientemente Francia frente al genocidio de los armenios. Los siguientes fragmentos provienen de una entrevista otorgada al sitio www.laviedesidees.fr, traducidos para saber más sobre un acontecimiento escasamente abordado.

“Lo que se denomina, convencionalmente, genocidio armenio es la fase más extrema de un proceso, desde 1915 hasta 1917, que resulta en la destrucción de 1,5 millones de armenios y asirios-caldeos. Sin embargo, hay que verla desde la perspectiva de largo plazo.

“Se observa que, a partir de 1894, los armenios del imperio otomano fueron parcialmente destruidos por grandes masacres, que caen bajo prácticas genocidas y, en el otro extremo de la línea de tiempo entre 1918 y 1922, también hubo otro genocidio ‘en miniatura’. Tiendo a hablar de genocidio ‘complementario’, es decir, la continuación de la exterminación de sobrevivientes armenios, no por el gobierno de la Unión, que dominó el Imperio Otomano entre 1914 y 1918, sino por nacionalistas turcos liderados por Mustafa Kemal.

“En el imperio ─claramente a partir de 1913, con los golpistas autoritarios y jóvenes turcos que llegaron al poder─ hay la voluntad de exterminio. “Había razones ideológicas inicialmente, ya que desde finales del siglo XIX los armenios se convierten en el enemigo interno: con vocabulario de darwinismo social se les designa como ‘microbios’.

“También está el hecho de que la población armenia se concentra en las vilayets (provincias) del centro de Anatolia. En estas provincias, como parte del Imperio Turco-Otomano, quiere practicarse, para regenerarlo, una suerte de ‘turcification’, esto es, movilizar fuerzas para transformarlo en fortaleza turca, contra los ataques europeos.

 

“No solo los armenios eran población vulnerable, sino más bien su imposibilidad para soportar esta persecución sin fin iniciada en la segunda mitad del siglo XIX. Hay, por último, en el imperio una especie de ‘aculturación’ para tal proceso. Tomará el elemento decisivo, es decir, la voluntad política para una organización especial destinada a terminar con los armenios ─sea en carreteras de la deportación, sea en campos de concentración─ para llegar al primer genocidio siglo veinte. Existe otro genocidio en lo que ahora se llama Namibia (en contra de los hereros), pero el que abre el siglo es el armenio.

“El mundo sabe que un crimen masivo lo perpetra el imperio otomano, ya que un mes después de lo que se considera el inicio, es decir, el 24 de abril 1915, detienen a cientos de intelectuales y líderes políticos en Constantinopla, así como su deportación y ejecución en condiciones sin precedentes para el terror y la violencia.

“Las tres potencias de la Entente ─Rusia, Francia, Inglaterra─ emiten una declaración solemne que acredita que un delito ‘contra la humanidad y la civilización’ (es la primera vez que usamos la expresión) está en curso. Y, puesto que no hay crimen, las potencias anuncian que procesarán a los sindicalistas responsables de este crimen.

“Los alemanes, aliados del imperio otomano, saben con exactitud el alcance de la deportación y masacres. Todos los observadores de las naciones neutrales, como Estados Unidos y Suiza, junto con diplomáticos y misioneros que desafían al gobierno germano, revelan la aplicación del exterminio, pero sin objetivo de guerra ni rescate de sobrevivientes.

“Francia siempre ha sido indulgente con el genocidio armenio. Pero lo fue con todos los procesos que lo prepararon: hubo una serie de elementos, como la persecución, la demonización del pueblo de destino, utilizados para certificar la realidad o, en todo caso, la posibilidad de exterminio completo.

“A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la persecución contra los armenios fue muy fuerte. Francia (diplomacia, gobierno) no reacciona, teniendo en cuenta sus intereses económicos en el imperio otomano, también pasa el hecho de que es mejor tener un imperio envejecido que puede dominar y aprovechar a las provincias más ricas, en lugar de promover la regeneración. Sin embargo, los jóvenes turcos llegaron al poder en 1908. Pero eso no cambia nada para los armenios.

“Desde 1915, la situación se complica, ya que es de guerra total. Sin embargo, existen oportunidades para la intervención militar, pues los caminos de la deportación pasan cerca de la costa, y los desterrados se dirigen a los campamentos de Siria y Mesopotamia. Aquí es donde, precisamente, las operaciones de rescate podrían haber sido llevadas a cabo por las fuerzas navales inglesas y francesas, que aseguran el bloqueo del imperio.”

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