MANZANILLO.- Don Miguel Lara lleva 30 años pescando y casi 20 dominando la confección de tarrayas, un oficio en extinción que en algún momento fue casi obligatorio para quienes radicaban en el puerto de Manzanillo.

Don Miguel explicó que hace casi 2 décadas un amigo y vecino de Santiago le enseñó, y en tan solo 2 lecciones aprendió lo básico para lo demás irlo dominando a prueba y error.

Admitió que es originario de Guadalajara, Jalisco, pero radica en el municipio costero desde mediados del siglo anterior, y por ende se vio obligado a aprender el arte de la pesca así como todos sus recovecos.

“Y ahora lo hago por convicción”.

En su caso señaló que le lleva alrededor de 3 meses confeccionar una tarraya, una herramienta indispensable en la captura de productos de mar.

El entrevistado sostuvo que para hacer una tarraya ocupa por lo menos 4 carretes de hilo nailon, del número 35.

“Cada carrete me cuesta casi 200 pesos además, sin contra el plomo que le aplico… yo cada tarraya la vendo en 3 mil pesos, no me dedico a la venta, pero pues sí alguien le interesa puedo hacerlo”.

Derechos Reservados AF