COLIMA.- En entrevista, el Dr. Santiago Arceo Díaz, astrofísico e investigador de la Universidad de Colima, compartió las efemérides astronómicas correspondientes al mes de diciembre, destacando que se trata de uno de los periodos más atractivos del año para la observación del cielo nocturno, debido a la amplia visibilidad de constelaciones con estrellas particularmente brillantes desde la Tierra.
Durante este mes, el firmamento se presenta más despejado y vistoso, lo que permite apreciar con mayor claridad diversas formaciones estelares y fenómenos astronómicos relevantes.
“Diciembre es un mes muy especial porque las constelaciones con las estrellas más brillantes permanecen visibles durante más tiempo en el cielo nocturno, lo que lo convierte en un cielo muy llamativo y fácil de apreciar”, explicó el investigador.
Entre los eventos recientes, el especialista mencionó la superluna registrada la semana pasada, conocida como la Luna llena fría, fenómeno que ocurre cuando el satélite natural se encuentra en su punto más cercano a la Tierra. Esta proximidad provoca un incremento perceptible tanto en su tamaño aparente como en su brillo, lo que la hace destacar a simple vista.
“Durante una superluna, el tamaño de la Luna en el cielo aumenta cerca de un ocho por ciento y su brillo alrededor de un quince por ciento, lo suficiente para que la mayoría de las personas pueda notarlo”, detalló.
Posteriormente, el calendario lunar avanza hacia el cuarto menguante, fase que marca la disminución progresiva de la parte iluminada del satélite. Además, el 21 de diciembre se registra un momento clave del año con la entrada oficial del invierno, caracterizado por ser el día con menor duración de luz solar y un mayor número de horas de oscuridad.
“El solsticio de invierno representa el día más corto del año y, aunque en Colima la diferencia no es tan extrema como en latitudes más altas, sí se perciben cerca de cuarenta minutos adicionales de oscuridad”, señaló.
Cerca de esa misma fecha ocurre la Luna nueva, condición especialmente favorable para la observación de estrellas y constelaciones, ya que la ausencia de luz lunar reduce la contaminación lumínica natural del cielo. Los días alrededor del 20, 21 y 22 de diciembre fueron señalados como los más adecuados para la fotografía astronómica y la observación profunda del firmamento.
En cuanto a lluvias de meteoros, Arceo Díaz resaltó que el 14 de diciembre se alcanza el máximo de las Gemínidas, una de las más intensas del año, con la posibilidad de observar hasta 150 meteoros por hora en cielos oscuros y despejados. Este fenómeno parece originarse en la constelación de Géminis, fácilmente identificable por dos estrellas brillantes casi alineadas.
“Si las condiciones son favorables y se observa desde un sitio oscuro, las Gemínidas ofrecen un espectáculo notable y una gran oportunidad para tomar fotografías o videos”, comentó.
Posteriormente, entre el 22 y 23 de diciembre, se presenta el máximo de las Úrsidas, una lluvia menos intensa, pero igualmente atractiva, con entre cinco y diez meteoros por hora, visibles principalmente hacia el norte, lo que permite combinar la observación astronómica con paisajes naturales.
Finalmente, el investigador destacó que diciembre también es un mes ideal para observar Júpiter, especialmente durante la fase de Luna nueva. Con ayuda de binoculares, es posible apreciar el movimiento de sus cuatro principales satélites naturales, cuyos desplazamientos alrededor del planeta son perceptibles incluso de una noche a otra.
“Observar las lunas de Júpiter es una experiencia muy didáctica, sobre todo para niñas y niños, ya que permite ver de manera directa el movimiento natural de estos satélites alrededor del planeta”, concluyó.
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