De acuerdo al informe de la FAO “El estado mundial del recurso suelo”, la degradación del suelo es un problema mundial que está afectando a poblaciones en Norteamérica, Sudamérica, África, Asia y Europa.
La FAO señala que cada región tiene sus amenazas de suelo. Por ejemplo, en Sudamérica, la región corre el peligro de erosión de suelo, cambios orgánicos y salinización. En Norteamérica, el suelo puede tener problemas de acidificación, contaminación y salinización.
En Asia, el suelo tiene problemas de erosión, puede sufrir de cambios orgánicos y puede tener un desequilibrio de nitrógeno. En África, el suelo puede sufrir de erosión, pérdida de biodiversidad y también puede sufrir de contaminación y acidificación.
En Europa, el suelo puede sufrir contaminación, puede tener cambios orgánicos, y puede sufrir de salinización y sodificación.
Mejorar la salud de los suelos del mundo es esencial para erradicar el hambre, y luchar frente al cambio climático y sus consecuencias, aseguró el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
“La degradación del suelo afecta la producción de alimentos, provoca hambre y malnutrición, aumenta la volatilidad de los precios alimentarios y fuerza al abandono de las tierras y la migración involuntaria, llevando a millones de personas a la pobreza”, dijo Da Silva.
El informe, ha identificado 10 amenazas principales a las funciones del suelo, incluida la erosión, el desequilibrio de nutrientes, la pérdida de carbono del suelo y de biodiversidad, la acidificación, la contaminación, la salinización y la compactación del suelo.
Da Silva enfatiza, la importancia del manejo sostenible del suelo como “parte esencial de la ecuación del Hambre Cero” en un mundo donde más de 815 millones de personas siguen padeciendo hambre y malnutrición.