Dos médicos psiquiatras que elaboraron un informe sobre la salud del concluyeron que el nacionalista de extrema derecha se encontraba «enajenado» en el momento de sus ataques en Oslo y la isla de Utoeya.
De acuerdo a los expertos, Breivik sufría de algún tipo de «psicosis» en el período previo a la ejecución de sus atentados, y vivía en «un mundo propio de delirios», dijeron.
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A consecuencia de este diagnóstico, Breivik podría ser ingresado en una institución psiquiátrica por un período indefinido mientras los tribunales consideren que es un peligro para la sociedad. Significa que no podría ser sentenciado a penas de prisión.
El informe de los psiquiatras Synne Serheim y Torgeir Husby debe ser aprobado por la Comisión de Medicina Forense, aunque ésta no analizará las conclusiones.
Según el corresponsal de la BBC Steve Evans, la aprobación o reprobación de la investigación hará muy poca diferencia en cuanto a la cantidad de años que Breivik pasará aislado. De uno u otro modo, permanecerá confinado muchos años, quizá incluso toda la vida.
Pero la aceptación del diagnóstico significará que recibirá tratamiento médico en vez de ser sometido al estricto régimen penitenciario, señala Evans.
Con información de la BBC
