Colima.- La etapa explosiva en que se encuentra el Volcán de Colima continuará durante varios días, semanas o meses, por lo que podría haber más estallidos como los registrados este fin de semana, y algunos estarían acompañados de ondas de choque.
Raúl Arámbula Mendoza, responsable de la Red Sísmica Telemétrica del Estado de Colima e investigador de la Universidad de Colima, explicó lo anterior al señalar que la continuidad e intensidad de las explosiones dependerá de la cantidad de material almacenado en el domo que impida la salida de gases.
“Es una liberación rápida de material volcánico hacia la atmósfera, en estas explosiones salen disparados bombas o balísticos que son rocas pertenecientes al mismo domo de lava y se da una fragmentación, eso pulveriza el domo de lava y esta ceniza es transportada por los vientos dominantes”.
Las explosiones de este fin de semana en que las columnas eruptivas alcanzaron alrededor de los 4 kilómetros, señaló, se consideran grandes aunque no mayores a las registradas en el año 2005.
Se estima que el flujo piroclástico expulsado este fin de semana llegó hasta la base del edificio volcánico, lo que implica unos 2 o 2.5 kilómetros a partir del cráter.
“El flujo piroclástico es una nube de ceniza que se desprende de la columna eruptiva, como la columna trae ceniza y bloques, es muy densa la columna, digamos que es la lava pero ya solidificada hasta cierto punto porque en el interior está muy caliente”.
“Cuando se forma el flujo piroclástico es muy peligroso porque puede pasar con temperaturas de 400 a 600 grados centígrados y todo lo que toca lo quema o lo destruye”.
Por ahora se desconoce la cantidad de material que queda almacenado en el domo, explica, porque los científicos no han podido realizar sobrevuelos al volcán por la falta de disponibilidad de un helicóptero, aunque la petición ya fue hecha a la Unidad Estatal de Protección Civil.
Ondas de choque
Las explosiones registradas este fin de semana fueron mayores a las de días anteriores, y la del sábado 7 de enero, que se escuchó en varios municipios del estado, generó una onda de choque que se percibió hasta Maruata, Michoacán.
“Mucha gente piensa que es un sismo pero no lo es, es una onda de presión producto de la explosión”.
Las ondas de choque, explicó, pueden tener la energía suficiente para romper cristales en los poblados más cercanos al Volcán, aunque en esta ocasión no se registraron incidentes de este tipo.
“Es muy probable que continúen este tipo de eventos porque estamos en una etapa explosiva (…) Podrían escalar un poco hacia mayores magnitudes, es importante también saber cuánto material queda en el domo de lava porque estas explosiones lo van destruyendo hasta que deja de haber material que destruir”.
Medidas de prevención
El investigador subrayó que el riesgo no incrementa siempre y cuando la población no se acerque a menos de 8 kilómetros del cráter y 12 kilómetros en la Barranca de Montegrande.
También exhortó a proteger las vías respiratorias y ojos de la ceniza volcánica, tapar recipientes que contengan agua, si se considera necesario no hacer actividades al aire libre y no hacer caso a rumores.
Por ahora se desconoce la cantidad de ceniza expulsada y las autoridades estatales tampoco han informado de la muerte de flora o fauna en zonas cercanas al coloso.
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