El cierre de las escuelas ha sido una de las mayores afectaciones que trajo consigo la pandemia por COVID-19 generando impactos sin precedentes sobre la educación, la salud y el bienestar de millones niños, niñas y adolescentes no solo en México sino en todo el mundo.

Como parte del plan del gobierno federal hacia una “Nueva Normalidad”, se indicó que las escuelas abrirán hasta que el semáforo epidemiológico se encuentre en verde, sin embargo, es muy importante que las escuelas se preparen y cuenten con la información necesaria para el momento en que se decida retomar clases presenciales.

Por ello, desde UNICEF México se brindan a las comunidades escolares algunas recomendaciones clave para promover hábitos adecuados de higiene y contar con entornos educativos saludables en tres momentos distintos:

1. Mientras las escuelas están cerradas

Fortalecer protocolos de higiene

Es muy importante seguir fortaleciendo y promoviendo prácticas de higiene y medidas de prevención entre todos los integrantes de la comunidad escolar como: el adecuado lavado de manos con agua y jabón, la limpieza del entorno, el distanciamiento físico, el uso correcto de cubrebocas, así como la forma correcta de toser y estornudar.

Una forma de promover estos hábitos es tocar el tema durante las clases a distancia y promover el autocuidado entre los y las estudiantes en sus hogares y entornos, por ejemplo, que se involucren en tareas de limpieza diarias en el hogar o que en familia encuentren formas innovadoras que los motiven a seguir practicando la higiene de manos en los momentos clave.

Identificar las necesidades de insumos e infraestructura en las escuelas

En preparación para la reapertura, es importante revisar el estado actual de la infraestructura de agua, saneamiento e higiene, y con qué insumos de higiene y limpieza se cuentan en las escuelas. Esto contribuirá a identificar necesidades específicas o inmediatas que pueden plasmarse en un plan de financiamiento elaborado en conjunto con las autoridades locales de educación, salud y prestadores de agua y saneamiento.

2. En preparación a la reapertura

La UNICEF recomienda comenzar estas actividades con anticipación para que las comunidades escolares cuenten con el tiempo suficiente para realizar ajustes y capacitar al personal previo a la apertura.

Aumentar el acceso a servicios adecuados y a suministros de higiene y limpieza

Con base en los planes de inversión desarrollados anteriormente, recomendamos a directivos y docentes, con el apoyo de sus comunidades escolares, identificar posibles fuentes de financiamiento que permitan complementar los fondos disponibles en la escuela. Para ello se puede explorar si la escuela es elegible al programa “La escuela es nuestra” o solicitar apoyo a las autoridades educativas estatales a través de los fondos presupuestarios de educación.

Promover el entendimiento y participación de todos los integrantes de las comunidades escolares en la aplicación de medidas de higiene y prevención

En esta etapa es muy importante que todos los integrantes de las comunidades escolares conozcan y tengan claridad sobre el rol que les corresponde en la implementación de los protocolos e indicaciones establecidos por las autoridades educativas y de salud, tales como los filtros de corresponsabilidad y las jornadas de limpieza escolar. El liderazgo de los directivos y docentes en la adecuada aplicación de estos protocolos jugará un rol decisivo sobre la vigilancia de la salud de las y los estudiantes y del personal dentro de las escuelas.

Garantizar condiciones que permitan minimizar el riesgo de contagio de COVID-19

UNICEF recomienda incluir las siguientes acciones como parte de los protocolos de salud e higiene a implementar:

Vigilar que la escuela cuente con acceso a una cantidad suficiente de agua para el lavado de manos, la higiene personal y la limpieza y desinfección de espacios. Es fundamental asegurar que los almacenamientos de agua como tinacos o cisternas estén limpios y cerrados en todo momento.
Que las estaciones para el lavado de manos disponibles sean funcionales y que siempre cuenten con agua y jabón. Es importante procurar su limpieza y desinfección frecuente y la instalación de botes de basura para la disposición adecuada de toallas y papeles.

Si las escuelas tienen dificultades para acceder a una fuente continua de agua o las instalaciones de higiene no son suficiente o funcionales, será importante buscar alternativas de bajo costo que permitan mitigar riesgos como es el uso de alcohol en gel como medida auxiliar para la higiene de manos y secarlas al aire en caso de no contar con insumos como toallas de papel.

Monitorear la higiene alimentaria para lo cual será necesario ventilar espacios como comedores o cafeterías, limitar el aforo de personas y distribuir el mobiliario para mantener la sana distancia. El personal que prepare y maneje alimentos debe lavarse las manos de forma frecuente y usar el equipo de protección adecuado.

Habilitar todas las entradas de las escuelas y establecer flujos de tránsito dentro de los pasillos y áreas comunes para garantizar una adecuada distancia física.

Finalmente, es recomendable establecer la periodicidad y horarios en los que se llevarán a cabo las tareas de limpieza y desinfección de la escuela a fin de establecer una rutina y garantizar la disponibilidad de equipo de protección para todas las personas que participen.

3. Con las escuelas abiertas

Una vez que las escuelas estén nuevamente abiertas, se recomienda trabajar sobre los siguientes aspectos:

Vigilar la continua disponibilidad de los servicios de agua, saneamiento e higiene y el funcionamiento de los protocolos

Una vez que las escuelas reabran, es importante monitorear que los protocolos establecidos por las autoridades de educación y de salud, así como los mecanismos de coordinación estén siendo efectivos y que las comunidades escolares cuenten con los medios para una adecuada implementación. Esto implica también el vigilar de forma continua las condiciones de la infraestructura y disponibilidad de servicios e insumos en las escuelas.

Si algo no está funcionando como se espera o se da un cambio no previsto dentro del contexto escolar, es recomendable revisar y adaptar los protocolos. El rol que pueden jugar los Comités Participativos de Salud Escolar o cualquier otra figura organizativa a nivel de escuela, será esencial para el éxito de estas acciones.
estudiantes regresan a la escuela

Enfatizar el cambio de comportamiento

Es recomendable que las autoridades educativas y personal de educación se involucre en estrategias de capacitación continua sobre medidas de higiene y protocolos de prevención, para implementar acciones educativas y de cambio de comportamiento que permitan construir entornos preparados ante la COVID-19 y otras posibles contingencias.

Para ello será importante contar con materiales pedagógicos que consideren idiomas minoritarios y en un lenguaje adecuado para niños, niñas y adolescentes. Además, estas acciones deberán integrarse a las lecciones y actividades del currículo escolar, por ejemplo, a través de la nueva asignatura “Vida Saludable”.

La Unicef señala que se sabe que ante la perspectiva de reabrir las escuelas deben ser cuidadosos y velar por tener las mejores condiciones para ello, por lo que se espera que estas recomendaciones sean útiles y contribuyan a controlar los riesgos para la salud y protección de la niñez.