TAREA PUBLICA

Por: Carlos OROZCO GALEANA

Finalmente, se encogió el telón electoral y fue electa Indira Vizcaíno Silva como gobernadora de Colima parra el período 2021/2027, rompiendo así la tradición priísta de conservación del poder   tras varias décadas. Lo logró claramente con alrededor de un 5 por ciento más sobre el segundo lugar que ocupó Mely Romero de la coalición Pri, Pan Prd, en cuyos hombros quizás podría recaer la gestión trianual siguiente del Pri en pro de su recuperación dado que es ahora  la figura de mayor relieve y confiabilidad para sus militantes.

El facilitador  del triunfo final de Indira fue que el voto en su contra se diluyó en dos aguerridos competidores del Verde y el MC. El primero, jugando quizás para ayudar a Morena y habiendo negociado a nivel central de su partido a que el voto contra esta formación no se concentrara en la coalición tripartita, aunque ya lo negó públicamente. Locho Morán, por su parte, compitió con orgullo pensando que él podía inaugurar la alternancia e hizo una campaña dura pero  aceptable criticando a la candidata puntera  pensando que la debilitaría y que ganaría él más votantes, pero fracasó.   Y aún más, la posibilidad de ganar de IVS se fortaleció porque el llamado para captar el voto útil por parte de ambos, de Virgilio y Locho, confundió al electorado que no supo identificar al segundo lugar. Por ello, por su contribución a la alternancia y por su apoyo para que ganara Morena aunque no lo hubieran prefigurado así, ambos personajes merecen una estatua cada uno pagada por ese partido, una a la entrada de Colima y otra en Manzanillo junto a la escultura del Pez Vela.

Indira llega al poder tras una gestión gubernamental insuficiente, de muchos vaivenes principalmente económicos, con la casa “arruinada” según dijo anteayer. En efecto, se encontrará con una economía con poco crecimiento, a un sector salud con bajo presupuesto y hospitales con graves carencias, a una burocracia dolida  y afectada en el gobierno actual, a un campo con inversión menguada, a dificultades con el empresariado que no jugó a su favor, con una relación ríspida con universitarios que ha de superarse seguramente, con problemas graves de inseguridad y violencia, y otros problemas más. Para sortearlos, seguro que usará sus cualidades  personales y buscará el apoyo de un gabinete muy profesional que le acompañe en la gobernación; el diálogo con todos los sectores de Colima y el respaldo del presidente Amlo, artífice principal de su nueva responsabilidad, serán fundamentales para lograr su cometido de gobernar con efectividad.

Quien dudará en interactuar con los priístas es el gobernador Ignacio Peralta, cuyo comportamiento errático tuvo que ver en el abandono de muchos priístas, distinguidos ( 4 expresidentes ) y comunes, que vieron en otras opciones la manera de manifestarle el coraje por su desdén, que lleva poco más de cinco años y siete meses, o sea, casi todo el sexenio. Esos malos priistas engordaron al MC y al Verde, pero fracasaron en su ambición.

JPS no se dio cuenta, fascinado con la elección que ganó en 2015, que Colima había cambiado, se aisló de la gente, difícilmente atendió a ciudadanos  en su despacho o en casa de gobierno ( la que ojalá sea transformada en algo verdaderamente útil ), y al final no le quedó otra  que  ponerse flojito y cooperando tras un ultimátum de Amlo en Manzanillo, cuando  en un mitin se refirió a él  indirectamente con un montón de críticas. Con esas advertencias, IPS, se hizo a un lado en la sucesión.

Indira inaugura la alternancia y seguramente una forma nueva de ejercer el poder. Que sea para bien de todos, para los que votaron por ella y para los que no lo hicieron. Tendrá que gobernar para todos, con buena fe y sin sectarismos, sirviendo  a la verdad. La  política que se practique habría de construirse hablando con franqueza desde el poder y sin perder de vista que lo importante es actuar conforme al bien del prójimo. Política que no es servicio es corrupción.

Tendrá la responsabilidad de armonizar a la sociedad, usando un lenguaje de unidad respaldado por acciones concretas.  No hay mejor política que  la de  respetar  los derechos de los demás haciendo todo lo humanamente posible por cumplir las expectativas que todo ciudadano tiene en sus gobernantes; la de escuchar a las personas, independientemente de su posición social, filiación política  o credo religioso, es también tarea compleja que debe consumarse. Pero la   política más eficaz, la de más alto  rendimiento,    es dar respuesta expedita a los problemas sociales. Se acaba la campaña, procede la reconciliación.

Si habrá un cambio, como lo habrá, que se logre con base en los arreglos que sean necesarios para evitar discordias y desuniones, tanto al interior de la legislatura como con todos los actores sociales, económicos y políticos. En algunos encuentros con el Circulo de analistas políticos , he notado que  Indira es una persona abierta, le gusta llamar al pan, pan y al vino, vino.  No anda con rodeos, se le facilita dialogar con quien no está de acuerdo con ella, con su partido o  . . . con Amlo.   A estas alturas, con su inteligencia  ya habrá procesado que ha dejado de ser  candidata de un partido, para ser  servidora de todos.

Tengo para mí que, en las comunicaciones entre las personas, no sólo se entienden las palabras, sino también los gestos, las actitudes, incluso los silencios y las ausencias. Una persona habla con todo lo que es y lo que hace definió el papa Francisco en alguna ocasión. Un gobernante, agrego yo, ha de conducirse   con apego a la verdad demostrando en los hechos congruencia y respeto por sí mismo, por lo que dice y hace. La mentira rompe la confianza, mata la esperanza, es destructiva y provoca desunión social.

El pueblo colimense es noble de corazón, ha dictaminado cambio de rumbo en una jornada ejemplar. Ha entregado su confianza a una mujer joven con recorrido interesante no obstante su juventud y en medio de circunstancias políticas que no se habían vivido jamás. Este ejercicio ocurrió, además,  con saldo blanco, y se preservó la paz por el gran comportamiento de los electores.

Hay un sinnúmero de retos a resolver como la desigualdad y la pobreza, pero también en el ámbito financiero los hay. No hay presupuesto que alcance para resolver todos los problemas. Colima es un estado endeudado, con gran potencial  pero con un aprovechamiento inferior de acuerdo a su excelente ubicación geográfica. La 4T tiene una alta misión que cumplir para diversificar nuestra economía y generar los empleos que los colimenses demandan y todo esto  en un ambiente de paz.   Que así sea.