El quinto atentado a la luz del día contra científicos nucleares en dos años se produjo contra Mostafa Ahmadi-Roshan, de 32 años, mientras manejaba su auto por una calle concurrida cercana a la Universidad de Teherán durante la hora de más tráfico de la mañana.
Los medios iraníes dijeron que una persona que viajaba con el ingeniero químico también murió, mientras que un transeúnte resultó levemente herido.
Israel, cuyo jefe del Ejército había advertido a Irán el martes que esperara más contratiempos misteriosos, declinó hacer declaraciones. Mientras muchos analistas vieron el involucramiento israelí u occidental como posible, el rol de un local u otros actores de Oriente Medio en una guerra de sabotajes y mentiras tampoco podía descartarse.
La Casa Blanca negó una participación de Estados Unidos en el asesinato luego de la acusación iraní.
«Estados Unidos no tuvo absolutamente nada que ver con esto», dijo el portavoz de la Casa Blanca Tommy Vietor. «Condenamos fuertemente todos los actos de violencia, incluyendo los actos de violencia como el que se reportó hoy», agregó.
El asesinato, que dejó escombros en los árboles y partes de cuerpos en la calle, se dio en una semana de tensiones.
Irán ha comenzado el trabajo en una planta de enriquecimiento de uranio subterránea y condenó a un estadounidense a muerte por espionaje.
Además, Washington y Europa han aumentado sus esfuerzos por afectar las exportaciones de petróleo de Irán por su negativa a detener el trabajo que Occidente dice que esconde una ambición de construir armas nucleares, no plantas de energía.
Irán ha amenazado con estrangular el suministro occidental del petróleo del Golfo, desatando una advertencia de Estados Unidos de que su Armada estaba lista para abrir fuego para evitar cualquier bloqueo del estratégico Estrecho de Ormuz.
Sin embargo, analistas vieron el último asesinato, que pudo haber necesitado cierta preparación, como parte de un esfuerzo encubierto para desbaratar el desarrollo del programa nuclear de Irán, que también incluyó virus informáticos y explosiones misteriosas.
Mientras los temores de una guerra han elevado los precios del petróleo, la región ha visto períodos limitados de violencia en el pasado, sin llegar a un conflicto.
Sin embargo, la disposición de Israel, que ve una inminente bomba atómica iraní como una amenaza a su existencia, a atacar sitios nucleares de la república islámica con o sin respaldo estadounidense, ha subrayado la sensación de que una crisis se avecina.
«ACTO ATROZ»
La Organización de Energía Atómica de Irán, que no ha logrado convencer a Occidente de que está interesada en energía nuclear y no esconde un objetivo militar, dijo que la matanza de Ahmadi-Roshan no la detendrá.
«El acto atroz de Estados Unidos y el régimen criminal sionista no desbaratará nuestro camino glorioso (…) Cuanto más nos maten, nuestra nación estará más despierta», agregó.
El vicepresidente Mohammad Reza Rahimi, citado por la agencia de noticias IRNA, dijo: «Los enemigos de Irán deben saber que no pueden impedir el progreso de Irán realizando actos terroristas de este tipo».
Los líderes iraníes, que se preparan para su primera elección nacional desde los polémicos comicios presidenciales del 2009 que generaron protestas callejeras contra 32 años de Gobierno clerical, están intentando contener tensiones internas.
El desafío a Israel y las potencias occidentales es bien recibido por muchos votantes en el país de 76 millones de habitantes.
Israel, cuya agencia de inteligencia Mossad tiene una historia de matanzas encubiertas en el exterior, declinó comentar el hecho del miércoles.
Con información de Reuters
