Silao, Guanajuato.- Luego de un largo recorrido por el Parque Bicentenario de Silao, en el papamóvil, Benedicto XVI, oficia una misa. Me complace estar con ustedes, crea en mí señor un corazón puro, es una exclamación que muestra la profundidad con la que se debe celebrar la muerte y resurrección del Señor, dijo haciendo referencia a la llegada de la Semana Santa y de Pascua.
«Pidamos a la Virgen María que nos ayude a purificar nuestro corazón y que siga acompañando y amparando a sus queridos hijos mexicanos y latinoamericanos para que cristo reine en sus vidas, y le ayude a promover la paz, la concordia y la solidaridad», refirió también en su mensaje.
Antes de recitar el Angelus hizo un llamado al fomento de la vida humana y la fraternidad.
Lo anterior, ante miles de personas, que incluso lo esperaban desde la noche de ayer.
En la celebración se encuentran el presidente Felipe Calderyn, políticos, funcionarios, gobernadores y los candidatos presidenciales Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel Lypez Obrador, Enrique Peña Nieto y Gabriel Quadri.
Al arribar al altar principal acompañado de la procesión, la gente lo recibió con aplausos. Benedicto XVI recorrió el altar con incienso, subió a la sede e inició la ceremonia eucarística en punto de las 10:15 horas, con el mensaje de bienvenida a cargo del arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago.
«Desde que nos fue notificada la gratísima noticia de que Su Santidad nos visitaría, hemos orado agradeciendo al Señor que nos haya privilegiado teniendo aquí al Vicario de Cristo», le dijo.
Antes de la misa, el Papa sobrevoló en helicóptero la estatua de Cristo Rey, una copia del Cristo redentor de Río de Janeiro, mientras los fieles en tierra gritaban porras y levantaban levantaba globos y banderas del Vaticano.
Posteriormente recorrió en el papamóvil diferentes partes del Parque Bicentenario, portando un sombrero charro y saludando con la mano a los fieles que formaban una valla a ambos lados de la carretera.
Feligreses acamparon desde la noche previa para presenciar el momento culminante de la visita papal en México, un país impactado por la violencia ligada al narcotráfico. Otros miles llegaban temprano por la mañana para aguardar al Pontífice y ser testigos del mensaje que dará en su tercer día en México desde la ciudad de Silao con la estatua de Cristo Rey como fondo.
Los fieles creyentes llegan caminando kilómetros de distancia — algunas mujeres mayores con bastones — ya que las carreteras están cerradas, cargando sillas plegables, galones de agua, comida y cobijas. Cientos de sacerdotes jóvenes gritan «Cristo Vive».
Con información de El Universal
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