Aguarda México a Bob Dylan, una de las leyendas vivientes de la música

Las verdaderas leyendas de la música son aquellas que mantienen su legado latente en el gusto del público y una de ellas es el mítico Bob Dylan, quien por cuarta ocasión visitará México para entregar cinco décadas de historia artística, como parte de su gira «Never ending tour».

 

El hombre que sedujo la música folclórica con los acordes del rock, en la misma década que Jimi Hendrix acariciaba las cuerdas de su guitarra y The Beatles daban muestra de su talento, llegará el 7 de mayo a Monterrey, y posteriormente, el 9 y 11, al nuevo Pepsi Center de la Ciudad de México.

Próximo a recibir la Medalla de la Libertad, que le será impuesta por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por ser «uno de los músicos más influyentes», y en vísperas de su cumpleaños 71, Dylan extenderá su historia en este país con su décimo concierto y con la aparente inclusión de instrumentación mexicana en lo que será su álbum número 35.

Su primera visita, ocurrida en 1973, no fue para ofrecer presentaciones en vivo, sino que el cineasta Sam Peckinpah lo había invitado a participar como actor en el western «Pat Garret & Billy the kid», que fue rodado en el desierto de Durango. En el filme Bob interpretó a «Alias», un extraño que ayuda a «Billy» en una emboscada a cargo de tres bandidos desconocidos.

También realizó la banda sonora del largometraje, que consta de 10 temas, la mayoría instrumentales, incluido el famoso corte «Knocking the heaven»s door», el cual podría formar parte del repertorio de sus próximos conciertos en Guadalajara y la capital del país.

La realización del «soundtrack» y su incursión en la actuación fue importante para la carrera del intérprete, y su manera de agradecerle al ahora fallecido director fue escribiendo y dedicándole la canción «Romance in Durango», en la que Dylan recogió rasgos importantes de la cultura popular mexicana e, incluso, cantó un verso en español. La pieza formó parte del álbum «Desire», publicado el 5 enero de 1976.

A pesar del primer contacto con su país vecino, Robert Allen Zimmerman no incluyó a México en su gira «Rolling thunder revue», que inició el 30 de octubre de 1975 y finalizó el 25 de mayo de 1976, lapso en el que la industria musical vio nacer el decimoséptimo disco que incluyó el tema inspirado en Durango.

Sin embargo, cuando Dylan anunció el 7 de junio de 1988 el inicio del «Never ending tour», que él describió como «interminable», fue la esperanza que el cantautor dio de recorrer todos los rincones del mundo, incluidos países de América Latina que nunca había pisado.

Así, 15 años después de la grabación de «Romance in Durango» y tres de dar a conocer su postura de trotamundos musical, el cantautor incluyó al Instituto Cultural Cabañas con dos recitales, los días 25 y 27 de febrero de 1991, en los cuales tuvo como teloneros a Los Lobos, quienes han declarado que fue una sorpresa estar junto a él.

El 1 y 2 de marzo del mismo año, en el Palacio de los Deportes, quedó inscrita una leyenda más en su estructura: 19 piezas musicales en cada espectáculo cambiaron el panorama del «Domo de Cobre», que en ambas noches lució abarrotado por románticos de la década de los 60.

Canciones como «Most likely you go your way (And i»ll go mine)», «Wiggle wiggle», «Bob Dylan»s dream», «Everything is broken», «God knows», «In the garden», «Highway 61 revisited» y el clásico «Like a Rolling Stone», entre otras, fueron las encargadas de hipnotizar al público mexicano en las cuatro presentaciones del año.

En los años subsecuentes Dylan editó «Good as i been to you» (1992), «World gone wrong» (1993), «Time out of mind» (1997), «Love and theft» (2001) y «Modern times» (2006 sin embargo, el territorio azteca volvió a caer en el limbo de su calendario y no pudo estar presente en el estreno de estas placas.

Fue hasta 2008 cuando el genio del folk rock regresó a conquistar el Auditorio Nacional los días 26 y 27 de febrero; la Arena Monterrey el 29, el Auditorio Telmex el 2 de marzo, y al Festival Cultural de Zacatecas el 25 del mismo mes.

De esta forma, luego de 17 años de ausencia, la figura de Dylan creció en la Ciudad de México, por lo que necesitó un foro mayor para albergar a las nuevas y viejas generaciones que esperaron por ese magnífico momento.

El «Coloso de Reforma» desde esos días pudo presumir que en sus aceros y estructuras retumbaron las notas de más de 17 temas que han inspirado a la creación de nuevas bandas; sin embargo, por segunda visita consecutiva y por razones desconocidas, el estadunidense se guardó el tema «Romance in Durango», cuya letra era anhelada por los fans.

Durante su estancia en México, los asistentes al espectáculo de Zacatecas fueron los más afortunados, pues pudieron ver al músico dominar no sólo el micrófono con su voz, sino la guitarra eléctrica, el banjo, el arpa y el teclado, en lo que ha sido una de las presentaciones más memorables.

Ahora Dylan regresará para refrendar su legado, pero acompañado por Stu Kimball en la guitarra y armónica; Donnie Herron en la mandolina eléctrica y el violín; Charlie Sexton en la guitarra eléctrica; Tony Garnier en el bajo, y George Receli en la batería.

Así, con su disco 35 en camino, el cual se prevé sea lanzado a finales de año y que contará con una fuerte influencia de la música mexicana, según David Hidalgo, quien colaboró en la grabación del material más reciente de Dylan, el nuevo Pepsi Center tendrá un apadrinamiento que será recordado durante toda su existencia.

Casualidad, azares del destino o caminos cruzados, podrá llamarse como sea, lo cierto es que durante su estancia en este país, los conciertos de Dylan coincidirán con la estancia de Sir Paul McCartney, con quien intercambiará la estafeta durante cuatro noches en el Distrito Federal: Macca (8 y 10) y Bob (9 y 11), en lo que se convertirá en un mes histórico para el país. {jathumbnail off}

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