A PROPÓSITO / La popularidad de AMLO

Los resultados de la última encuesta GEA-ISA, dada a conocer el 10 de diciembre, son preocupantes para la 4T. La aprobación de AMLO es de 57%, en junio pasado era de 66%; es decir, cayó nueve puntos porcentuales en seis meses.

En diciembre de 2018, cuando anunció que se inauguraba la 4T, 75% de los ciudadanos creía que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador representaría una nueva etapa en la historia del país; un año después, únicamente 50% lo cree y quienes opinan que solo se trata de un gobierno más, crecieron de 20% a 42%.

En marzo de este año, 60% de los ciudadanos opinaba que México iba por el rumbo correcto, contra 25% que afirmaba que iba por el equivocado. Ahora, 45% dice que el país va por el camino adecuado y 42% por el erróneo.

Quiénes votarían por López Obrador en caso de que estuviera permitida la reelección: en diciembre de 2018, 39% sí lo haría contra 38% que no, empate. Un año después, solo 24% lo reelegiría contra 55% que se opondría.

Sobre la corrupción, respecto a hace seis años “¿Cree usted que la corrupción en el país es mayor, igual o menor?”. Las respuestas son inequívocas: mayor, 30% (ocho puntos más que en la encuesta de septiembre); igual, 54% (lo cual ya es decir que hay mucha corrupción) y solo 16% piensa que es menor.

Respecto a si en el gobierno federal ya no hay corrupción: 81% piensa que todavía la hay, pues son doce puntos más que hace tres meses.

La pregunta “¿Qué tanto éxito cree usted que ha tenido el gobierno de AMLO en reducir el desempleo?”: Mucho apenas suman 15%; en combatir a la pobreza, 20%. 60% afirma que hay una crisis, contra 27% que piensa que mejora. La estrategia de seguridad ¿debe cambiar o seguir igual? Cambiar, 55%; continuar, 35%.

¿Aprueba usted o desaprueba la cancelación del Seguro Popular? Desaprueba, 84%, aprueba, 9%. ¿Los cambios de política social lo han perjudicado, beneficiado o lo apoyan igual que en el pasado? Igual que en el pasado, 44%, me han perjudicado, 26%, me han beneficiado, 18%.

El próximo martes aportaremos más datos sobre la popularidad de AMLO
Se fue Evo

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó a México como asilado una vez que renunció a la presidencia en su país, fue recibido por el canciller Marcelo Ebrard, en el hangar presidencial, que aun existe, y llegó en un avión del gobierno mexicano, puesto que aún existen en México aviones presidenciales, no obstante que la 4T en su discurso argumenta que el hangar y los aviones presidenciales han desaparecido como compromiso cumplido.

Evo fue recibido con honores de jefe de Estado, cuando ya no lo era, fue recibido después de que la insurgencia popular lo hizo renunciar al acreditar la OEA que Evo cometió fraude electoral; o sea, se recibe como héroe en la 4T al autor de un fraude electoral, lo que es veneno para la 4T y para el presidente AMLO, que toda su vida ha condenado y repudiado los fraudes electorales.

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, declaró a Evo huésped distinguido de la capital de la república. Fue hospedado en las instalaciones de la Defensa Nacional ,en la residencia para los visitantes distinguidos, le organizaron varias conferencias de prensa, les expidieron su CURP con la que podría hacer más de 40 trámites ante oficinas gubernamentales, le pusieron 14 escoltas del Estado mayor presidencial, que resucitó este cuerpo de seguridad que había sido ya desaparecido y que estaba en el catálogo de los compromisos cumplidos de la 4T.

Vehículos blindados, viáticos, visitas a los mejores restaurantes de la Ciudad de México, recepción en el Senado de la República, a propuesta del diputado Fernández Noroña, para que los 300 legisladores de Morena y aliados aportarán 150 mil pesos mensuales a Evo para gastos menores. Facilidades a Evo para proclamar y difundir consignas contra el gobierno de Bolivia e incitación a la rebelión en su calidad de asilado, violando el protocolo respectivo.

No obstante el excesivo buen trato, Evo optó por abandonar México por la puerta de atrás, sin despedirse de sus generosos anfitriones y pretextando un viaje a Cuba para recibir atención médica, en total desprecio a los médicos mexicanos. Le facilitaron un avión Gruman, que partió de Puebla rumbo a Cuba y de ahí voló a Argentina y una vez en ese país, envió un tuit de despedida y agradecimiento.

Pero, en su primera conferencia de prensa en Argentina, declaró que se sentía más a gusto en Argentina que en México y que coordinaría la campaña electoral del movimiento al socialismo (MAS) para ganar la presidencia de Bolivia.

La verdad sea dicha, Evo no quería estar en México, necesitaba un país con mayor margen para moverse, operar y tratar de rearmar su movimiento político, con menos exposición política y mediática que en México, porque aquí estaría vigilado por el gobierno de E.U y podría causar un problema al gobierno mexicano.

El presidente AMLO y el canciller Ebrard, garantizaron siempre a Evo Morales que su presencia en México no era motivo de tensión ni de problema con E.U. por la decisión de concederle asilo.

Trump tampoco vería con buenos ojos que el gobierno de López Obrador apoyara y menos financiara una campaña del depuesto presidente para recuperar el poder en Bolivia.

Pero lo cierto es que si bien a E.U. no le molestó el asilo de Evo, su activismo y sus denuncias contra el imperialismo desde suelo mexicano, pudieran generar una tensión entre ambos gobiernos. Evo expresó en una entrevista que él se quería ir y así lo narra el periodista del Universal Salvador García Soto: “Ahora mismo quiero irme. Si puedo aportar a la solución pacífica, después de mi renuncia, lo haré”. ¿Usted está dispuesto a volver al país y no seguir en el poder ni ser candidato con tal de pacificar?, le insistió el periodista. “Claro. He renunciado y sigue la violencia”. Más adelante, en esa misma entrevista, Evo narró cómo se dio el ofrecimiento de asilo político por parte de México y aseguró que hubo una llamada del gobierno de Estados Unidos al canciller (Marcelo Ebrard) para autorizar su traslado a territorio mexicano en un avión de la Fuerza Aérea, lo que haría pensar que el gobierno del presidente López Obrador habría consultado con Washington antes de otorgarle el asilo a Morales, según lo que narra el ex presidente de Bolivia: “México nos ofreció asilo. Estados Unidos llamó al canciller para decirle que podían llevarme donde querían. Muy raro fue eso para mí”.

Así es, Cuba y Venezuela no ofrecieron asilo a Evo, México lo hizo porque convenía sacar a Evo pronto de Bolivia, pues E.U. no lo quería más tiempo allá, lo quería fuera del gobierno y le pidió a México que le ofreciera asilo y Evo tarde se dio cuenta que México colaboró para sacarlo pronto de Bolivia, por eso se fue por la puerta de atrás, sin despedirse de sus generosos anfitriones y de las comodidades ofrecidas.

Así, se ratifica que el presidente Trump nos marca la agenda, lo hizo con el tema migratorio, nos amenazó con los aranceles, después con lo de Culiacán y el tema de los LeBarón, pretendió clasificar al crimen organizado como terroristas e influyó en la agenda de seguridad, nos condicionó a revisar el tratado del libre comercio, T-MEC, para imponer condiciones a nuestra política laboral, tramitó el asilo de Evo Morales y ahora Trump, con la detención de Genaro García Luna, tiene en sus manos la agenda contra la corrupción.

¿Será coincidencia lo que sucedió el 10 de diciembre?, se va Evo, se firma el acuerdo modificatorio del T-MEC, y se detiene a Genaro García Luna en E.U., todos los eventos importantes en México tienen que ver con decisiones tomadas en E.U. Y como coincidencia, ese día inicia en E.U. el proceso para aplicar juicio de destitución al presidente Donald Trump.

Por eso, el secretario más importante y poderoso del gabinete de AMLO es el talentoso Marcelo Ebrard, porque es la relación con E.U. la que marca la agenda de la política mexicana.

La conferencia mañanera no marca la agenda, ésta es marcada por Twitter, desde la Casa Blanca.