Por Balvanero Balderrama García balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
La demanda de información sobre determinado fenómeno obliga a las instituciones a realizar mediciones al respecto. Así, se han incorporado mediciones sobre la población afrodescendiente, por ejemplo, en la Encuesta Intercensal del 2015 y en el Censo de Población y Vivienda del 2020 (Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay generaron información sobre población afrodescendiente antes que nuestro país).
Ahora, un tema también sensible para la sociedad es dato estadístico, se presentó la primera edición de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados, por sus siglas ENASIC 2022.
Necesaria, pertinente. No es la única medición al respecto, hay otras relacionadas: la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT) -2019 la más reciente-, la Encuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social (2012), la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) 2017. Cada una con sus especificidades, arrojan distintas luces al tema de cuidados.
Sin embargo, es la ENASIC una medición específica sobre este tema; su objetivo general plantea: “Generar información estadística sobre la demanda de cuidados en los hogares y las personas que brindan cuidados; identificar la demanda y cobertura para la población objetivo de cuidados y de la población de 15 años y más que brinda cuidados”.
Los datos confirman lo que se sabe, dice y observa: el sistema de cuidados recae sobre las mujeres. La ENASIC informa que del total de personas de 15 años y más que otorgaron servicios de cuidados en el país -31.7 millones- el 75.1% fueron mujeres y el 24.9% hombres.
Sobre este tema, en el 2016, la CEPAL publicó el documento La matriz de la desigualdad social en América Latina; ahí se señala, entre otros elementos, que: “… las desigualdades de género están asentadas en una división sexual del trabajo que asigna a las mujeres la responsabilidad primaria por el mantenimiento del hogar y el cuidado de los hijos y otros dependientes —un trabajo cuya importancia para el funcionamiento de las economías queda invisibilizada—, limitando su tiempo y sus oportunidades para participar en el trabajo remunerado, acceder a los beneficios de protección social relacionados al empleo y alcanzar la autonomía económica…”.
No cabe duda que esta encuesta, publicada por el INEGI, viene a dar mucha información que esperemos sea retomada para, precisamente, atender la ausencia de política pública y sistemas de cuidados.
Otro dato a destacar es la cantidad de personas que la encuesta ubica como susceptibles de necesitar de cuidados: 58.3 millones. Distribuidos entre los siguientes grupos poblacionales: personas con discapacidad o dependientes; población infantil; niñas, niños y adolescentes; y personas adultas mayores. De ese tamaño es el reto.
La encuesta desglosa la información de manera detallada; es necesaria su lectura y análisis; pero, sobre todo, se requiere atender estas demandas de cuidado que, de entrada, descansan mayoritariamente en las mujeres.