45 años del incendio del Mary Ellen Conway y la heroicidad del Escorpión

Manzanillo.- La mañana del lunes 13 de Marzo de 1972 la vida en Manzanillo discurría con la acostumbrada tranquilidad del paraíso que era en ese entonces. Al filo del mediodía se presentó una de las peores amenazas que se han cernido sobre la ciudad: el incendio del Mary Ellen Conway.

Aquello no terminó en tragedia debido a la heroicidad del capitán Leoncio Ucha Mora y la tripulación del remolcador Escorpión.

Aquel día el puerto, a pesar de no tener ni de lejos las cifras de hoy día, trabajaba con denuedo y consabida normalidad.

El reloj marcaba las 11:55 de la mañana cuando un hecho rompió el sosiego: una densa columna de humo comenzó a salir desde la terminal petrolera, en la zona centro.

El buque tanque Mary Ellen Conway, de bandera panameña, descargaba 15 mil barriles de gasolina cuando vino un chispazo. Las llamas no tardaron mucho en propagarse; el suceso llamó la atención de los ciudadanos y desató la histeria.

Miles de manzanillenses, tras escuchar los rumores, generaron una auténtica estampida y recurrieron a cualquier medio: algunos intentaron escapar a pie y hubo quienes, desde los ferrocarriles de aquel entonces, prestaron sus servicios para trasladar a la gente a las afueras de la ciudad especialmente hacia Campos.

Muchos consideraron que era cuestión de tiempo para que aquel polvorín estallara. Pero primero un grupo de trabajadores petroleros, de aquella terminal, comenzaron a taponar los gasoductos.

Luego comenzó a tejerse la leyenda: un grupo de marinos a bordo del remolcador Escorpión, comandados por el capitán Leoncio Ucha Mora, -que nunca perdieron la compostura- decidieron arriesgar sus propias vidas.

A bordo de aquella nave de madera se acercaron al Mary Ellen Conway, se enlazaron con este a través de las amarras y comenzaron a arrastrar a la bomba flotante al interior de la bahía, lejos de la terminal, tan remotamente como se pudiera de la mancha urbana.

Casi 2 horas después el riesgo se había disipado. Sin embargo el fuego paso factura al remolcador que luego de cumplir su misión perdió la brújula.

Algunos de los valientes ocupantes se tiraron al mar para salvar sus vidas y otros aguantaron hasta lo último. Varias lanchas deportivas y pesqueras se acercaron a auxiliarlos, tratando –sin éxito- de sofocar el fuego. Esta se perfiló hacia la orilla a la altura de la denominada Playita de Enmedio, donde quedó varada por años hasta sucumbir a los embates de un ciclón a finales de los 90s.

No hubo bajas ni se reportaron heridos graves siquiera. Sólo la famosa tripulación del remolcador Escorpión ameritó atención médica pero sin consecuencia alguna.

Como un reconocimiento a su valor se impuso el nombre de Leoncio Ucha Mora al premio anual “ciudadano del año”. También se colocó una placa conmemorativa en honor al arrojo de los protagonistas de la gesta y se construyó un monumento con algunos restos del Escorpión en el Malecón del Espíritu Santo, junto a la cancha de usos múltiples.

De eso, del día en que Manzanillo estuvo a punto de ser borrada del mapa, hoy lunes se cumple casi medio siglo.

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