¿Y AQUELLA TRANSPARENCIA?

“Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir”. José Saramago
Por: Noé GUERRA PIMENTEL

El 23 de noviembre del 2020, el Archivo Histórico del Municipio de Colima fue oficialmente notificado por haber cumplido al 100% con su informe de transparencia.

Lo destaco, porque la rendición de cuentas debe complicarse cuando se busca ocultar el manejo del dinero público o de los dineros de todos vía nuestros impuestos; sin duda, hasta hace unos días, era positivo saber que la mayoría de las instancias del gobierno, en cualquiera de sus tres niveles y ámbitos, cumplía con esta obligación. Este importante logro de oportuna y eficaz rendición de cuentas en el Archivo local hace cinco años se alcanzó gracias a la responsabilidad y el compromiso de todos sus colaboradores. Quede aquí el reconocimiento y más ahora, cuando esto, la transparencia pública, ya pasó a la historia como buena práctica de gobierno.

Para Colima, como para el resto de estados era cuestión de tiempo. Con la desaparición del INAI el pasado 21 de marzo, luego de haber funcionado como organismo autónomo desde el 11 de junio del 2002, y, en Colima, desde el 2003 con su similar, el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (INFOCOL), que operó con el objetivo fundamental de garantizar el derecho de todas las personas el acceso a la información pública y a la protección de sus datos personales. Lo que se lograba con la promoción de la transparencia en la gestión pública, así como la supervisión y control del gobierno, y el fomento de una cultura de rendición de cuentas. Varios fueron los casos de escándalo evidenciados, gracias a esta herramienta ciudadana.

En el Estado de Colima fue oficial y simuladamente borrado con la última sesión del organismo el viernes 7 de noviembre; no obstante, el proceso de desaparición del INFOCOL inició desde antes, con una reforma constitucional inducida al legislativo local el 9 de julio de 2025, cuando este, por mayoría, aprobó la extinción de esa entidad autónoma y, desde antes, con la gradual disminución de su presupuesto hasta casi hacerlo inoperante. Luego, el viernes 8 de agosto de 2025, con la reforma respaldada por 7 de los diez ayuntamientos locales, los identificados con el mismo color. ¿El argumento? que las funciones del INFOCOL serían transferidas a las Contralorías, tanto del poder ejecutivo (la Contraloría estatal) como de los poderes Legislativo y Judicial, donde, según, cuentan con sus propios órganos internos; es decir, el gobierno es juez y parte; árbitro y jugador. Dependencias estatales que, hay que asentarlo, por su desempeño no garantizan imparcialidad ni neutralidad. La autonomía es nula desde la subordinación. La transparencia demanda distancia, neutralidad, libertad, criterio, independencia.

De esta manera y con otras formas más cuestionables, a ciencia y paciencia, más pronto que tarde el Estado Mexicano ha venido siendo desmantelado a través de sus instituciones, esas que tanta sangre, esfuerzo, sacrificio y tiempo costaron y que perfectibles, sin duda, ya estaban ahí y funcionaban hasta que llegaron las “denuncias” sin pruebas ni proceso en las mañaneras para desacreditarlas, primero y pretexto, para desaparecerlas después; todas, una a una, han sido sometidas, nulificadas o desaparecidas con todas las agravantes, principalmente las autónomas y las garantes de los equilibrios del poder, las que significaban un contrapeso o daban presencia jurídica y voz legal a los ciudadanos frente a los excesos y abusos del gobierno. Hechos consumados que, como sociedad, nos deja vulnerables y de frente al vacío.

Al desaparecer los órganos autónomos el gobierno pierde legitimidad, credibilidad y confianza, lo que parece no importarles; y es que la transparencia, la vigilancia del gasto público, las resoluciones y los recursos de revisión ya no tienen sentido al no ejecutarlos un órgano externo. Lamentable esa doble narrativa que habla de combate a la corrupción a la vez que elimina los espacios que ayudaban a prevenirla y presumir de máxima publicidad cuando la información se concentra y oculta. Que no se olvide aquella transparencia.