La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó sobre la evolución de la pandemia de coronavirus. Impulsados por las variantes BA.4 y BA.5 de ómicron, los casos aumentan en 110 países, lo que hace que los contagios globales hayan subido en un 20% en la última semana. Las muertes han aumentado en tres de las seis regiones de la OMS, incluso cuando la cifra global se mantiene relativamente estable.

“Esta pandemia está cambiando, pero no ha terminado. Hemos avanzado, pero no ha terminado”, dijo el director general de la Organización, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, que alertó de que la capacidad de seguir la evolución del virus está “amenazada, ya que los informes y las secuencias genómicas están disminuyendo, lo que significa que cada vez es más difícil rastrear ómicron y analizar las futuras variantes emergentes”.

La OMS recordó que, al superar la mitad del año, hemos alcanzado la fecha que marcó para que todos los países vacunaran al menos al 70% de su población. Solo 58 países han logrado el objetivo y la tasa media en los de bajos ingresos es del 13%, a pesar de que se ha superado el “acaparamiento de vacunas por parte de los países ricos y fabricantes” que fue “el principal obstáculo para el acceso el año pasado”.

Aun así, el director general se mantiene optimista y puso como ejemplo a Rwanda, que acaba de visitar, donde las tasas de vacunación de la segunda dosis superan ya el 65% y siguen aumentando. “Si hay suficiente voluntad política a nivel nacional, apoyo para garantizar el despliegue en las comunidades y se aborda la desinformación, las tasas de vacunación altas son totalmente alcanzables”, sostuvo.

En el continente americano, con un incremento del 13.9% en las nuevas infecciones con respecto a la semana anterior, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, pidió que los países preparen sus sistemas de salud para enfrentar el impacto a largo plazo de la condición post COVID-19, que puede afectar a muchos en la región.

Se calcula que entre el 10 y el 20% de las personas que han padecido el COVID-19 pueden seguir experimentando síntomas, como fatiga persistente y grave, dificultad para respirar y problemas de salud mental. Y dado que en las Américas se han registrado más de 161 millones de casos de COVID-19 en los últimos dos años, cientos de miles de personas en la región, sino millones, podrían verse afectadas por la condición comúnmente conocida como COVID largo o prolongado.