Al comparar las imágenes de los sobrevuelos realizados al Volcán de Colima en noviembre de 2018 y el 16 de febrero de 2019, se determinó que no existe mucha diferencia en la morfología del cráter.

De acuerdo al boletín técnico semanal (15 al 21 de febrero) de la actividad del coloso, elaborado por la Red Sísmica Telemétrica del Estado de Colima (RESCO) del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones de Vulcanología (CUEIV) de la Universidad de Colima, las fumarolas más fuertes y con mayor temperatura están en la pared este del cráter.

Además se señaló que se registraron temperaturas muy parecidas en el fondo del cráter (198° C; temperatura aparente), fumarolas este (199° C), y fumarolas noroeste, internas y externas.

También se mencionó que en la última semana se contabilizaron de forma automática 11 eventos de alta frecuencia (HFs), 4 eventos de largo periodo (LPs), 4 derrumbes y 36.3 min de tremor de baja amplitud.

En el periodo reportado únicamente fue posible observar una emisión de vapor y gases principalmente en la parte este del cráter.

Se realizaron mediciones del flujo de SO2 los días 20 y 21 de febrero, obteniendo
valores por debajo del nivel de detección del instrumento (~0.1 kg/s).

Se midieron temperaturas de las fumarolas del flanco norte desde el observatorio del Nevado los días 20 y 21 de febrero y se registraron niveles muy parecidos a las últimas mediciones realizadas en noviembre (43° C).

No se han observado anomalías térmicas detectadas por el sistema satelital MIROVA en la última semana.

El diagnóstico establece que el volcán se encuentra en una etapa de desgasificación pasiva. El personal encargado del monitoreo se mantiene atento a los posibles cambios que pudieran presentarse y a la evolución de la actividad.