¿QUÉ VIENE?
Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ
La cocina y cocinar, en manos de la Jitomata y la Perejila, se convertían en caos, albur, desmadre pues.
Como una receta de ellas, pero sin lo chusco, la elección judicial se cocinó como la concibieron sus creadores, con los ingredientes deseados, a la velocidad de cocción indicada, simple y con un resultado totalmente previsible.
Sin ser experto, de la pura observación, así como en el programa de cocina mencionado, ya sabemos perfectamente qué va a pasar, se terminó la especulación.
Baja, muy baja participación. Nada de filas, caras aburridas de los funcionarios de casilla, blocks de boletas gordos.
Guías de votación en mano se podían ver sin disimulo en manos de votantes y un evidente poco entusiasmo en redes. No vi ese tsunami de fotos de dedos pintados acompañados de sonrisas cívicas, ni promociones de café regalado mostrando tu tintura indeleble.
Entonces, cocimiento de la reforma a fuego alto, arrebatado pues. Una mezcolanza de nombres, números, colores, cuadritos y siglas.
Guiso exótico, de bajo valor nutrimental, que va a producir agruras primero, úlceras después y mucha posibilidades de diarrea tifoide.
En fin, se puso una mesa muy cara, pero corriente. Lo triste es que, sin importar si acudiste o no a la “fiesta”, el plato preparado te va a tocar. Tarde o temprano lo vas a probar y es muy poco probable que te guste.
En ese momento espero que recuerdes al cocinero, a los que repartieron las invitaciones y a los que quedaron de encargados, pues a ellos y a nosotros nos faltó , tendremos que vivir un tiempo con ello, VIRTUD.
MICROCUENTO
Hay millones que disfrutan y bailan con el reguetón. Lo he criticado, lo he calificado de naco. Nunca pensé vivir en carne propia ese escarnio de una esnob apreciación estética. Pero no me importa, escuchar Creep de Radiohead en su versión norteña me gusta, aunque me asuste.