Trump responde con submarinos nucleares y sube la tensión con Rusia

En una maniobra que ha remecido el escenario internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el envío de dos submarinos con armamento nuclear a “zonas estratégicas” como reacción directa a las declaraciones del vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev, quien insinuó que algunos países estarían dispuestos a proporcionar armas nucleares a Irán.

Medvedev, exmandatario de Rusia y figura clave en la estructura de defensa del Kremlin, sostuvo públicamente que “hay naciones listas para transferir directamente sus propias armas nucleares a Irán”. Estas palabras se produjeron tras los ataques aéreos estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes, y vinieron acompañadas de una crítica directa a Trump, acusándolo de haber pasado de ser un “presidente de paz” a promotor del conflicto.

Trump reaccionó con firmeza desde su red Truth Social, calificando los dichos de Medvedev como profundamente provocadores y advirtiendo que “las palabras pueden tener consecuencias imprevistas”. En ese mismo mensaje, anunció el despliegue estratégico de los submarinos nucleares, subrayando que se trata de “las armas más mortales jamás creadas”.

La relación entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin ha sido volátil. En su primer mandato, Trump elogió en múltiples ocasiones a Putin, describiéndolo como un dirigente fuerte y expresando admiración por su estilo de gobierno autoritario. Incluso llegó a insinuar que Rusia podría ser un aliado clave en la lucha contra el terrorismo y que las sanciones por Crimea podrían ser reconsideradas.

No obstante, desde su retorno al poder en enero de 2025, Trump ha mostrado una creciente molestia hacia el líder ruso. En varias declaraciones recientes, lo ha tildado de completamente desequilibrado por sus ofensivas continuas en Ucrania. En julio, Trump lanzó un ultimátum de 10 a 12 días para que Rusia cesara las hostilidades, advirtiendo sobre la imposición de nuevas sanciones si no se cumplía.

Desde que Trump asumió nuevamente la presidencia, las relaciones entre EE. UU. y Rusia han entrado en una etapa de confrontación. Aunque antes hubo intentos de entendimiento —como cumbres diplomáticas y reconocimientos mutuos—, los últimos meses se han visto marcados por choques sobre Ucrania, Irán y el comercio global.

Entre los principales consensos pasados figuraban:

• La lucha conjunta contra el Estado Islámico

• La colaboración en seguridad energética

• El interés común por contener a Corea del Norte

Sin embargo, los desacuerdos actuales han cobrado más fuerza:

• La invasión rusa a Ucrania y los ataques a población civil

• La injerencia rusa en elecciones estadounidenses

• El respaldo ruso a Irán en el contexto nuclear

• Las sanciones económicas impuestas por EE. UU. a Moscú

El despliegue de submarinos con capacidad nuclear representa un punto clave en la política internacional de Trump. Aunque el mandatario asegura que busca evitar una escalada, sus medidas reflejan una actitud más firme frente a Putin y una postura más combativa ante las amenazas atómicas.

Analistas advierten que esta decisión podría escalar las tensiones en Medio Oriente y detonar una nueva carrera armamentista en la región. La comunidad internacional permanece atenta, mientras Trump insiste en que la paz solo se alcanza con fuerza, no con debilidad.