Marcos Morales / Apatzingán, Michoacán.– Lo que comenzó como una marcha pacífica para exigir justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder limonero Bernardo Bravo, terminó en una noche de violencia y destrozos en el centro de Apatzingán.

El Palacio Municipal fue vandalizado por un grupo de encapuchados que irrumpió en el inmueble y prendió fuego a diversas áreas.

Cientos de pobladores, la mayoría vestidos con playeras blancas, salieron a las calles con pancartas donde se leía: “Fuera Fanny”, “La justicia es el único camino hacia la paz”, y “Para sacar a los delincuentes de las calles, primero hay que sacarlos del gobierno”.

La movilización avanzó por distintas vialidades hasta llegar al Palacio Municipal, donde la tensión escaló rápidamente.

Testigos relataron que un grupo de sujetos con el rostro cubierto comenzó a lanzar piedras y otros proyectiles contra el edificio, rompiendo los cristales y causando pánico entre las familias que participaban en la manifestación.

Poco después, varios encapuchados ingresaron por la fuerza a las oficinas municipales, destruyeron mobiliario y provocaron incendios en distintas áreas del recinto. En el balcón principal colocaron una manta con la frase “Fuera Fanny”.

La violencia también alcanzó la Plaza Constituyentes, donde fueron vandalizados altares y ofrendas del Día de Muertos. Bomberos y paramédicos acudieron al sitio, pero los manifestantes les impidieron intervenir hasta que elementos de la Guardia Civil restablecieron el orden y permitieron controlar el fuego.

El llamado ciudadano a la paz y a la justicia se desvió hacia el caos y la destrucción, en una escena que recordó los disturbios ocurridos horas antes en el centro histórico de Morelia. Hasta el cierre de esta edición, las autoridades no habían confirmado personas detenidas por estos hechos.

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