Por Balvanero Balderrama García balvanero@gmail.com / @Balvanero.B

A las y los estudiantes que luchan por
salir adelante, sobreponiéndose a las
adversidades que les afectan en su caminar

¿Por qué? Muchas personas no alcanzamos a comprender la razón para discriminar. Pero hay muchas otras que sí.
La historia, y la que actualmente se escribe, está llena de páginas de ignominia por la discriminación. Genera un discurso que excluye, incita al odio; pasar del pensamiento a las palabras y de ahí a los hechos, no hay mucha distancia.

Por el color de piel, por ser pobre, por ser indígena, por ser mujer, por ser indigente, por tu credo, por tu apariencia, por ser migrante, por ser diferente, por no pensar igual, por vestir distinto, por la preferencia sexual, por la identidad… cuántos motivos se esgrimen para negar lo que nos une en primerísimo lugar: seres humanos somos, todas y todos.

No solo discriminan las personas, lo hacen también las instituciones, sistemas políticos, ideologías. El poder al servicio de quien lo ejerce, discrimina siempre.

La discriminación promueve las desigualdades, las profundiza.

Comentario relacionado, recientemente se anunció la apertura de un programa de doctorado en Estudios Socioculturales sobre las Desigualdades; que pretende, precisamente, indagar, visibilizar, explicar, proponer; tiene un campo de estudio amplio, desafortunadamente, por ello es pertinente.

Se discrimina de noche y de día, al sur y al norte, no es privativo de una clase social, o una sociedad en particular. Ya lo cantaba Gabino Palomares, como ejemplo: “pero si llega cansado un indio de andar la sierra, lo tratamos y lo vemos como extraño por su tierra”.

El Art. 1° de nuestra carta magna dice a la letra: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

Es un Derecho Humano, pero ni eso, ni la claridad del artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos evita esa nociva y perjudicial práctica.

Para el que vive discriminando es algo natural, se ha formado de esa manera, no importa, no hay distinción, no hay argumentos que le convenzan; lo que importa es que piensa que hay personas que son superiores a otras.

Este próximo jueves 25, el INEGI, el CONAPRED y la CNDH presentarán los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022; la edición anterior es del 2017.

Modificar conductas pasa por identificarlas, entenderlas, medirlas, aceptarlas. Este es un buen aporte, la ENADIS 2022, para saber cómo están las prácticas discriminatorias en nuestro país, se pueden evaluar las políticas públicas en la materia y hacer los cambios que se consideren necesarios.

Por un México, una sociedad, sin discriminación.