Mucho gusto
Por: Alberto LLANES
Hay un cuento del autor venezolano Luis Britto García que se llama simplemente así: “Ser”. Es una minificción, esas historias que nos noquean, nos tumban de un golpe y no reaccionamos ni con el conteo de los diez segundos ni, aunque las volvamos a leer, al asentarse la historia en nuestro ser nos preguntamos: «¿Qué pasó?», porque son contundentes, precisas y preciosas.
Lauro Zavala las ha estudiado mucho y las ha definido de formas diversas, entre ellas, como relatos-historias-textos-cuentos-ficciones-breverías-minificciones-brevedades-microrelatos- vertiginosos… y vaya que lo son.
Este pequeño relato-historia-cuento-brevedad-minificción aparece en el libro Rajatabla, publicado por vez primera en 1970; posteriormente, este documento ganaría el prestigioso premio Casa de las Américas en ese mismo año. Actualmente, el autor, al que le gusta jugar con las palabras, cambiarlas, proponer ideas diversas sobre la manera de contar una historia, debe rondar por los ochenta años, ni tan grande, ni tan viejo, es simplemente una edad.
“Ser” llegó a mí hace ya muchos años. Cuando se publicó, yo todavía no estaba en este mundo, llegué unos años más tarde. Y creo que llegué al cuento también demasiado tarde. Lo leí por vez primera en 2008, cuando estaba trabajando en la Dirección General de Publicaciones y buscaba frases… textos «breves» para el eslogan de la campaña de la Feria del libro universitario Altexto para ese año. El relato no me funcionó para eslogan, claro está, pero me noqueó y me dio ideas, muchas ideas.
El año de 1968 fue convulso para muchos países por varios sucesos; en México vivimos el terrible hecho de la muerte de miles de estudiantes en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco ese fatídico 2 de octubre del que todos tenemos el recuerdo. Para 1970 las cosas no eran mejores, ni en el país ni en el mundo; en México, en el año de 1971 tendríamos el famoso “halconazo” o la matanza del jueves de corpus. Y así. Esta columna no pretende ser un listado de acontecimientos de sangre, para nada.
Hoy regreso al cuento “Ser” cuando el mundo está en una situación complicada; Irán e Israel, la intervención de los Estados Unidos en ese conflicto bélico, por otro lado, y apoyando un tanto a Irán, la unión de China y Rusia para “resolver” las cosas; en México nada está funcionado: violencia, crímenes, secuestros, asaltos, son las notas de todos los días, de todos los benditos días.
“Ser” es la historia de una persona a la que vamos conociendo por los objetos que va utilizando a lo largo de toda una vida, los objetos y algunas marcas de productos que ese personaje utiliza en lo que va viviendo. Con esto, nos damos cuenta de muchas cosas del personaje, sus gustos, intereses, el género, sus pasiones, lo que tiene y lo que no tiene, lo que le pertenece y lo que le es ajeno. Es un ejercicio lingüístico del autor que, con una genialidad bárbara nos regala a manera de cuento. Rajatabla es, sin dudas, el libro más ovacionado de este autor que, además, es un gran autor de obras de teatro.
Traigo a colación este relato que desde el domingo he tenido en el pensamiento… «casi escribo lo que sigue de la letra de esta canción, pero no» debido a todos los sucesos que ocurrieron en nuestra entidad, en nuestro terruño, en nuestra pequeña ciudad de los espejismos, en nuestra Colima el fin de semana. Por respeto no diré a cuáles hechos me refiero; sin embargo, desde que las redes se inundaron de noticias, este pequeño relato ha vibrado en mi corazón, en mi alma y en mí… elevo una oración y sólo pido, dijera el poeta Pablo Neruda, sólo pido silencio… Ya cada quien si lo quiere leer o no.