Salineros de Colima cierran una de sus mejores zafras y proyectan incremento histórico para 2026

COLIMA.- La Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima concluyó la zafra 2025 con una de las producciones más altas de los últimos años. El secretario de administración, Luis Miguel Valdovinos Cernas, informó que el ciclo, iniciado el 3 de febrero y finalizado en los primeros días de junio, permitió alcanzar 47 mil toneladas de sal, apenas tres mil por debajo de la meta programada.

Valdovinos destacó que, a diferencia de años anteriores, las lluvias no afectaron los trabajos y permitió rescatar a tiempo toda la sal acopiada en la laguna.

“Salimos bien cuando nos llegó la lluvia, fue casi a finales de mayo e inicios de junio. Alcanzamos a sacar toda la sal; no nos inundó como en otros años en los que se queda mucha sal adentro. Gracias a Dios este año se portó muy bien el de arriba y pudimos trabajar sin contratiempos”.

El incremento respecto a 2024 fue significativo, la producción del año anterior alcanzó 37 mil toneladas, diez mil menos que la actual. La temporada más larga y las condiciones climáticas favorables fueron determinantes. Aunque no lograron las 50 mil toneladas previstas, el saldo fue considerado positivo y estable para la cooperativa.

En términos de comercialización, el panorama también fue alentador.

“Casi está vendida toda la producción. Nos quedan unas 12 mil toneladas, pero debemos empezar pronto la próxima zafra para que, cuando se termine ese volumen, ya tengamos sal seca del siguiente ciclo. Fue un año bueno en producción y bueno en venta, gracias a Dios”.

La Sociedad Cooperativa de Salineros de Colima está integrada por 187 socios, quienes operan un total de 287 pozos salineros. La mayor parte de la producción se vende en territorio nacional, aunque este año sobresalió un envío internacional.

“Resaltó la venta de diez toneladas de flor de sal a Kansas, en Estados Unidos, además de ocho toneladas de sal de grano para un cliente de allá. Si Dios quiere, vamos a seguir enviando porque han quedado muy satisfechos con nuestra calidad”.

La cooperativa, fundada hace casi un siglo, celebrará su año 101 en enero próximo, con más de cinco siglos de historia salinera en la región de Cuyutlán. Su producto es ampliamente reconocido en el sector gastronómico, con chefs nacionales que han contribuido a difundir su prestigio.

“Muchos chefs han venido a conocer el proceso; han dicho que la sal de La Herradura es muy buena. Nuestra sal tiene minerales y oligoelementos que le dan cualidades especiales y eso la pide mucho el mercado gourmet”.

Actualmente, la cooperativa comercializa una amplia variedad de presentaciones que incluyen flor de sal, sal de grano, sal para ganado, sal pigmentada para uso industrial, costales de polipropileno de hasta 50 kilos, bolsas gourmet y costalitos de manta muy solicitados por visitantes y turistas.

Respecto a la zafra 2026, la expectativa es aún mayor, pues se proyecta iniciar desde el 15 de enero —una fecha que no se veía desde 2007— y alcanzar 60 mil toneladas de producción.

“Estamos proyectando 60 mil toneladas para surtir bien el mercado. El inicio temprano depende del clima, del control de las compuertas y del sol fuerte. La sal necesita calor; con frío sale muy tierna y no tiene la calidad que debe”.

El proceso de producción sigue siendo un trabajo intensivo que requiere varias horas diarias por parte de cada salinero. Desde barrer y piscar la sal hasta trasladarla al asoleadero, llenar las eras, manejar la salmuera y cristalizar con el sol, cada etapa demanda experiencia y continuidad.

“Hay quienes trabajan mañana y tarde, otros solo van desde la madrugada o solo por las tardes. Son cuatro o cinco horas diarias, dependiendo del pozo y del clima. Cuando está nublado casi no hay sal, pero cuando hay sol rinde muy bien”.

El inicio de las lluvias marca el fin de toda actividad productiva, pues no es posible trabajar con los estanques mojados. Aunque no cuentan con una proyección meteorológica para 2026, los salineros confían en que el clima vuelva a favorecerlos.

La cooperativa avanza también en su propia modernización. Recientemente adquirieron una primera máquina tipo “mano de chango” para facilitar el manejo de la sal y planean adquirir camiones propios para reducir costos logísticos.

“Es el primer pasito que dimos. Vamos a seguir haciendo proyectos para tener camiones nuestros, porque los que rentamos sí funcionan, pero queremos ir para arriba poco a poco”.

Además del trabajo en los pozos, muchos salineros participan tradicionalmente en la construcción de La Petatera de Villa de Álvarez, una actividad cultural que comparten desde hace generaciones. Valdovinos comentó que él mismo lleva 23 años en la labor salinera, siguiendo la estela de su abuelo materno, quien fue tendedor en las eras antiguas elaboradas con arena de mar.

Parte del proyecto de difusión cultural incluye un recorrido histórico por los pozos salineros, donde visitantes pueden conocer tanto los métodos modernos como los artesanales. El pozo tradicional ya está casi listo para reactivarse.

“Ahí está el pozo artesano; nomás falta afinarlo para que la gente vaya y conozca cómo era el proceso de antes. En nuestras redes vamos a avisar cuando ya esté listo para recibir visitas”.

La cooperativa mantiene planes activos como los paseos para apreciar amaneceres y atardeceres en la salitrera, además de una lunada que esperan concretar en esta temporada.

“La invitación está ahí. Desde la página vamos a anunciar los paseos, los amaneceres y todo lo que vaya aconteciendo. Es algo que da trabajo a muchas personas y queremos que la sociedad conozca lo que tenemos en casa”.

Con una producción casi agotada, clientes de hasta dos décadas de antigüedad y una proyección de crecimiento para 2026, los salineros de Colima cierran un año histórico y se preparan para escribir un nuevo capítulo en su centenaria tradición.