Resistencia y Lucha

Columna invitada 
Por: Blanca GUTIÉRREZ

Francisco I. Madero nunca comprendió la profunda raíz del malestar campesino que se expresó en 1910. Prefirió negociar con el gobierno porfirista antes que atender y escuchar los reclamos de los campesinos.

Una vez en el poder, Madero declaró que la revolución había concluido. Zapata le respondió: no señor, la revolución concluirá cuando le sean devueltas las tierras a los campesinos. Entonces, Madero le ordenó: “lo único que puedo aceptar [de Ud.] es que se rinda a discreción y que todos sus soldados depongan inmediatamente las armas”. Por supuesto Zapata lo ignoró: detrás de él había todo un pueblo clamando justicia.

En carta fechada en agosto de 1911, Zapata le expresó: “Causa mucha indignación en el pueblo […] el amago de las fuerzas federales que están con intención de ataque contra nosotros. Si se derrama sangre, no seré yo el responsable, pues Usted comprenderá que se trata de asesinar a los mismos principios que Usted proclamó. La Nación entera nos contempla”.

Dos meses después, al proclamar el Plan de Ayala, Zapata le recordó al presidente que la revolución se había hecho “no para que un hombre se adueñara del poder”, sino para que el pueblo reconquistara sus libertades, derechos y tierras. Le reclamó, también, haber impuesto en Morelos como gobernador a un “verdugo y tirano del pueblo”.

Madero no sólo ignoró a Zapata, sino que, ante el Congreso de la Unión, lo acusó de representar al “vandalismo siniestro”.

Con los años, Francisco I. Madero pasó a la historia como un buen disidente político pero un mal presidente: no supo estar a la altura de las exigencias de su tiempo.

Mucho me temo que algo parecido le está pasando al presidente López Obrador al aspirar protagonizar la Cuarta Transformación de México: no ha entendido el profundo malestar que hay en nuestro país, particularmente en lo que a los agravios en contra de las mujeres se refiere.

Así como Madero prefirió mantener las estructuras del régimen porfirista antes que atender los reclamos campesinos, así el presidente López Obrador: ha preferido mantener las estructuras que hacen posible el pacto patriarcal antes que escuchar la estruendosa indignación que ha provocado la candidatura de un presunto violador.

Muy a mi pesar, debo reconocer que en estos días el presidente López Obrador ha dado una cátedra de lo que significa no entender la causa de las mujeres.

A estas alturas, no tengo ninguna duda; las mujeres seremos al gobierno de López Obrador, lo que los campesinos al de Francisco I. Madero: la resistencia, la lucha, la dignidad.

Twitter: @acotacion

La Dra. Blanca Estela Gutiérrez Grageda es doctora en Ciencias Sociales. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores con la distinción de Investigador Nacional Nivel II. Como investigadora cuenta con alrededor de 15 libros publicados y más de 50 capítulos y artículos arbitrados y de divulgación. Por su desempeño como investigadora ha recibido numerosos reconocimientos, tales como: el Premio Alejandrina a la Investigación Científica en cinco ocasiones, la Medalla al Mérito Universitario tanto por la Universidad Autónoma Metropolitana como por la Autónoma de Querétaro; el primer lugar en la categoría de ensayo del Premio Nacional de Periodismo por la Infancia y reconocida por el H. Ayuntamiento de Colima por trayectoria en la investigación y rescate de la historia regional, en marzo de 2006, entre otros.