Con motivo del cierre del plan de estudios “Currículum Integrado y Aprendizaje Centrado en el Estudiante (CIACE), la comunidad de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima agradeció a Carlos Eduardo Monroy Galindo, coordinador general de Docencia, por su liderazgo en la construcción, implementación y gestión del CIACE, el cual estuvo vigente durante 20 años en la Facultad, esto en el marco de la XXXI Semana de Psicología.
En entrevista, Carlos Monroy explicó que el CIACE es un proyecto educativo que incorpora en su modelo curricular un eje articulador de aprendizaje basado en problemas y un diseño curricular relacionado con el Modelo Educativo Basado en Problemas. Al respecto, añadió que su origen proviene de un programa internacional de la Fundación Kellogg, que buscaba generar una nueva iniciativa en el sector salud y en la educación de los profesionales de la salud, en colaboración con el Sector Salud del gobierno de Colima.
Las carreras de la Salud que se eligieron fueron Enfermería, Medicina, Psicología y Trabajo Social de la Universidad de Colima, recordó.
En el caso de psicología, dijo, “nosotros decidimos buscar una estrategia ligada al Aprendizaje Basado en Problemas, lo cual tiene su origen en la búsqueda de innovación en la formación de profesionales, que empezó en la Universidad de Colima en 1992 como la primera etapa del proyecto UNICOLIMA, iniciativa financiada por la Fundación Kellogg”.
La importancia del proyecto en la Facultad de Psicología “es que era una propuesta a la altura de cualquier innovación en el mundo, ya que en el área de la salud se estaba probando el Aprendizaje Basado en Problemas; es decir, basado en competencias, centrado en el estudiante, con currículo integrado, modificando la lógica de las materias, de campos disciplinarios a campos integrados, procesos en disciplinas con dimensión teórica y práctica en escenarios naturales y una dimensión de desarrollo personal”.
Monroy Galindo señaló que, para implementarlo, lo primero que tuvieron que hacer fue convencer a las autoridades, “ya que no se puede iniciar un proyecto de esa naturaleza si las autoridades no están de acuerdo; un ejemplo muy simple es que los grupos que la Universidad considera naturales son entre 40 a 50 alumnos para carreras de alta demanda, mientras que en carreras de baja demanda son de 25 o 30. Sin embargo, los grupos de psicología siempre han sido de alta demanda, es decir, grupos de entre 40 a 50 alumnos”.
Señaló que el modelos de Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) funciona sólo con grupos pequeños, de entre 7 a 11 estudiantes, por lo que un grupo de 40 se tenía que dividir en 4 grupos; “eso significó que en vez de ocupar un aula se ocupaban cuatro, así como cuatro profesores simultáneos en una sola materia; entonces, si Recursos Humanos no estuviera de acuerdo en dividir de esa manera, si la universidad no estaba de acuerdo en reordenar la infraestructura, si todo el sistema que aprueba los programas no hubiera estado de acuerdo, el proyecto nunca hubiera funcionado”.
Para implementar el programa manifestó que el primer reto fue convencer a los directivos; “debo decir que siempre tuvimos muchísimo apoyo, mucho respaldo y no hubo realmente grandes resistencias”, el segundo reto “fue lo más difícil: la capacitación docente, porque es un modelo que al hacer una innovación se necesitan competencias, capacidades y habilidades de los profesores. El proceso de capacitación es un proceso lento, permanente, continuo y que rompe todas las tradiciones de cómo un profesor debe ser profesor”.
El tercer reto, añadió, fue que los estudiantes creyeran que el nuevo programa de estudios les iba servir. “Cuando los alumnos empiezan a darse cuenta que estudiaban diferente, fueron los más entusiastas; si bien para ellos fue un reto al principio, después se convirtieron en nuestros aliados y en los promotores del modelo, exigían y cuidaban que los profesores estuvieran capacitados e hicieran las cosas bien, porque se dieron cuenta que es un modelo que los pone en el centro del proceso educativo”.
El agradecimiento que le dio la comunidad de la Facultad de Psicología, señaló, es un reconocimiento al trabajo de un grupo de profesores que creyeron que se podían cambiar cosas; “en realidad yo no lo veo como un reconocimiento personal, creo que fue un reconocimiento para aquellos soñadores que ese momento, en esa época, pensamos que sí era posible hacer algo retador, algo distinto, totalmente nuevo y en lo que teníamos puestas nuestras esperanzas, nuestros sueños, y que de verdad funcionó”.
Finalmente, comentó que el CIACE fue una excelente oportunidad y que les enseñó que es posible hacer innovaciones en la Universidad de Colima.