¿QUÉ VIENE?

Por: Sean Osmin Hamud Ruiz

Debo decir que mi formación profesional y en general mi experiencia profesional me han hecho proclive ala defensa de la economía de libre mercado.

Creo que en la medida en que tenemos todos la oportunidad de imaginar y desempeñar nuestras actividades en un entorno sin sujeciones producto de la intervención de un estado regulador, la posibilidad de que encontremos un camino hacia la satisfacción y la felicidad, son más altas.

Pero ese mismo estado que tiene que garantizar nuestra libertad, también tiene que acotarnos en el marco le la ley. Recordemos que la esfera individual no debe afectar la esfera de otro.

En un plato totalmente materialista, no concibo el tipo de justificación ideológica o pragmática con la que nuestro actual gobierno federal está dejando pasar, sin dar alternativa, sin que realmente muestre que le importe, lo que está sucediendo con dos fenómenos provocados o permitidos.

El desabasto de combustible está acumulando pérdidas en una basta cantidad de giros de negocios por más de 20 mil millones de pesos. Para darnos una idea del impacto que esto representa, todo el presupuesto de este año para el programa de “tandas” es de 6 mil millones.

Los bloqueos a las vías del ferrocarril en Michoacán reportan 7500 millones de pesos, también en afectaciones económicas a diversos sectores. Todo el presupuesto para el programa de mejoramiento urbano destinado a zonas urbanas de alta marginación asciende a los 10 mil millones de pesos.

Las comparaciones anteriores nos dejan en claro el nivel de tragedia financiera que se está viviendo y acumulando día a día por estas dos situaciones. Una directamente provocada por el gobierno (el desabasto de combustibles) y la otra total tolerada (el bloqueo a las vías federales de comunicación)

¿De verdad no lo ven? ¿No les importa? ¿Habrá un plan superior que los simples mortales no entendemos?

Vuelvo a quedarme con las preguntas sin respuesta.

Por favor, en cualquier espacio, desde cualquier trinchera, no permitamos que nos deje de importar. Sabemos que cualquier tipo de transformación tiene sus costos, inclusive, algunos sacrificios, pero no podemos dejar que en esta olla siga subiendo la temperatura y terminemos cocinados, como en la fábula de las ranas.