Bajo el sol
Por: Carlos AGUIRRE
El sábado 1 de noviembre de este 2025, la sangre pintó de rojo todo lo que encontró a su paso. Pero fue una sangre diferente.
Fue una sangre que descubrió indignación y coraje, frustración, dolor y lágrimas. Impotencia, reclamos. Mostró la insensibilidad y la incapacidad del gobierno encabezado por la señora que, manejada desde Chiapas, se dice presidenta; presidenta con A, de muerte, así como dice ella.
¿Cuántas muertes van en este país? ¿Cuántas en este sexenio? Ya se le están acabando las excusas, el pretexto de que la guerra de Calderón solo ha traído muertes, a 7 años no sirve para mucho, de hecho, nunca sirvió más allá de la justificación contable para pagar a los medios maiceados que el gobierno transformador ha mantenido.
Páginas con cientos de miles de palabras echando la culpa al pasado se vinieron abajo el sábado en la noche, cuando unas balas acabaron con la vida de Carlos Manzo, el bravo presidente municipal de Uruapan.
¿De que está hecha una mujer que se dice sensible, para no escuchar el reclamo desesperado de un presidente municipal que puso en riesgo a su familia y su vida misma, luchando él solo contra el crimen organizado que tiene asustado al país?
Se necesita estar metido hasta las manitas para no hacer nada ante el válido reclamo.
Desgraciado debe ser quien ignora el clamor de auxilio, no para él, sino para su pueblo, el mismo pueblo que, quien ignoró el llamado gobierna y protege. ¿Por qué la presidenta decidió ignorar el llamado y no acudir y sumarse a una lucha que ya estaba iniciada? La única razón que se me ocurre es que tan metido está Obrador, que no puede su operadora, su títere, hacer nada, porque sería volverse contra él.
Cada día me queda más claro que la estrategia de los abrazos, era para cuidarse él mismo.
Que miserable y cobarde es, quien se escuda en el fuero y la falsa democracia translucida por el fraude.
Que ruin, quién con la protección de los militares y marinos, se hizo una guardia nacional para cuidar de sí y de sus propios cargamentos.
Sí, que miserable, usar las líneas de mando, las castrenses (simplificadas porque obedecen ciegamente), por eso no le servía la Policía Federal de antes, había muchos mandos entre él y la protección de sus intereses para hacer que su negocio fluyera y tener la capacidad, con una sola llamada, de controlar todo y si era necesario, callar las voces que molesten y matar a quien estorbe, como se hizo con Carlos Manzo.
Esto que estamos viviendo, solo se justifica con una gran sociedad de negocios construida con el resentimiento, la voraz avaricia y las ganas de joder.
Recuerdan cuando dijo peña Nieto que no se podía despertar uno con el pensamiento de joder a los demás. ¡Se equivocó! Este desgraciado, Obrador, lo hizo de una manera tan vil, que muchos, siguen pensando0 que nos hizo un bien.
Los matraqueros morenos son los únicos que, pagados, justifican las atrocidades, los homicidios y el enorme saqueo que los altos dirigentes de Morena están haciendo a diario en este país que se desbarata, mientras la presidenta vela por dar asilo a la primera ministra de un gobierno aliado de su patrón, en la red internacional de negocios criminales que nos hacen desde su espuria óptica, parecer piñata.
Ya no sé que siga, mientras tanto, entre negocios incendiados y ejecutados diarios aquí en Colima, hasta que las balas nos alcancen, seguiremos Bajo el sol.
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