¿Por qué me hice runner?

APUNTES PARA EL FUTURO
Por: Essaú LOPVI

Hace tiempo que venía pensando escribir sobre esto, y no lo había hecho, no por falta de ganas, quizás era porque puede que no sea relevante para nadie, pero hoy lo hice como un mero apunte para mi futuro y porque llegará el día en que ya no pueda correr como ahora.

Desde que tengo memoria, siempre me han fascinado los deportes. He practicado futbol soccer, 7 y de playa, skateboard, surf, box, futbol americano, y montañismo, pero en esta etapa de mi vida, encontré un sentido especial en el trail running y ahora les cuento.

En el vertiginoso mundo del periodismo, donde las noticias estallan como relámpagos y la urgencia nunca da tregua, hay un rincón inesperado donde encuentro mi refugio, donde nada más importa y me muevo en una burbuja de paz.

Como CEO de una agencia de noticias, las jornadas son maratones de decisiones cruciales y plazos inquebrantables, pero fue en el corazón mismo de este torbellino que hallé una calma inesperada.

En la madrugada, cuando el mundo aún duerme y las primeras luces del día se asoman, siempre me despierto preguntándome por qué hago esto pudiendo dormir más, pero luego de unos minutos me obligo y me levanto de la cama ‘de un jalón’ y comienzo a amarrar mis tenis. Cada nudo es como un voto silencioso de compromiso conmigo para encontrar un respiro en medio del caos.

Cuando mis piernas recorren la ruta que se me acomode en el día -asfalto, brecha o montaña- y los latidos de mi corazón empiezan a sincronizarse con el ritmo de mis pasos, siento que dejo atrás las urgencias y me adentro en un territorio donde solo existe el compás constante de mi respiración y mis zancadas.

En cada zancada, de alguna manera, dejo atrás -sin forzarme- las tensiones que me acompañan con cada noticia y las numerosas personalidades que no les viene bien lo que hacemos.

Cada exhalación es una liberación, como si cada respiro llevara consigo una pequeña porción del peso que cargo en mis hombros. Mientras mis pies se abren camino, también lo hacen mis pensamientos. Las preocupaciones, las ansiedades y las dudas comienzan a desvanecerse, dejando espacio para una claridad que a menudo se difumina en la agitación del día a día.

Pero no es solo el acto físico de correr lo que me lleva a un estado de serenidad. Es la interacción con los espacios que me rodean a mi paso, una interacción que a menudo se pierde en el tumulto de los informes, redacción y ruedas de prensa tortuosas.

La caricia del viento en mi rostro y el aroma fresco de la mañana se convierten en recordatorios de que soy parte de un ecosistema mucho más grande, que mi historia es solo una entre muchas.

Al igual que cuando busco una primicia periodística, cada carrera trae consigo un hallazgo, una revelación personal que me une con la esencia misma de mi existencia.

Es en esos momentos, cuando la ciudad se despierta lentamente a mi alrededor y las preocupaciones se desvanecen, que encuentro un equilibrio emocional que me nutre en lo más profundo.

El trail running no es solo sobre escapar del estrés, sino sobre enfrentarlo con una mentalidad renovada. Cada paso me recuerda que al igual que investigamos los hechos para una historia, también debemos explorar nuestro propio interior para entender nuestras reacciones y emociones.

Mis carreras matinales o al caer el sol, han tejido un puente inquebrantable entre el periodismo y mi búsqueda de paz interior.

Las tensiones inherentes al periodismo, las fechas límite implacables y las decisiones cruciales se desvanecen momentáneamente mientras mis pies golpean el suelo. Cada respiración profunda es un bálsamo para la mente, un recordatorio de que, a pesar de la vorágine de la información, hay un espacio para la introspección y la calma.

Correr se ha convertido en mi tiempo personal, mi oasis matutino o vespertino donde las preocupaciones se diluyen y las ideas fluyen con la misma facilidad que mis zancadas.

La influencia de la naturaleza también desempeña un papel crucial en mi búsqueda de la serenidad. He encontrado en el correr una conexión profunda con el entorno natural. Los parques, brechas y avenidas se convierten en escenarios donde puedo desconectarme del mundo digital y reconectarme con la realidad tangible que me rodea.

La brisa matutina y el canto de los pájaros se fusionan con mis pensamientos, creando una sinfonía que ahoga el estruendo de las notificaciones electrónicas.

La paz que encuentro al correr trasciende el mero ejercicio físico. Es un recordatorio constante de que, así como un periodista debe investigar para obtener una historia completa, también necesitamos explorar nuestro propio interior para mantener un equilibrio saludable. Las lecciones aprendidas en el trail se aplican a la redacción: la perseverancia en cada kilómetro se refleja en la tenacidad para desentrañar los detalles más esquivos de una historia.

El trail running se ha convertido en mi vehículo para reducir el estrés y encontrar paz en medio del frenesí periodístico. Yo he descubierto una sinergia similar entre el periodismo y el running.

En cada paso, en cada palabra escrita, encuentro un equilibrio que nutre mi mente, recordándome que, incluso en los momentos más turbulentos, la serenidad es una posibilidad a la cual no puedo ni debo renunciar.