Plataformas de alquiler de hospedaje transforman la industria turística y hotelera

CDMX.- Las plataformas digitales dedicadas a ofertar alojamiento vacacional y de corta estancia constituyen un fenómeno disruptivo que revoluciona la dinámica de este sector y los procesos económico, social y urbano, explicó la investigadora posdoctorante del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, Alejandra Garrido Rodríguez.

Se trata de uno de los máximos agentes de cambio en las ciudades, con gran capacidad transformadora de las sociedades; ha revolucionado el mercado de arrendamiento al conectar a propietarios y arrendatarios de manera eficiente.

Uno de esos sistemas, indicó, tiene presencia en más de 220 países y regiones, con un aproximado de ocho millones de anuncios activos en más de 150 mil ciudades y pueblos a nivel global, así como la participación de más de cinco millones de anfitriones y 200 millones de huéspedes, lo que representa “una radical transformación dentro de la industria turística y hotelera”, pero también del rubro de la vivienda en renta tradicional.

Apuntó que existe una pérdida de viviendas destinadas al alquiler tradicional y que se han insertado en la dinámica de renta por plataformas digitales en donde hay mayor beneficio económico, pues la ganancia triplica las rentas tradicionales.

La experta en urbanismo destacó: “poco queda de esa idea de las plataformas colaborativas que buscan brindar espacios asequibles, compartir experiencias y conocer gente, u obtener un ingreso extra por alguna habitación disponible. Hoy es una industria inmensa, un monstruo urbano que ha transformado mucho de lo que conocíamos”.

La también profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales recordó que durante los primeros años de estas plataformas –2007, San Francisco, Estados Unidos; y Ciudad de México en 2009– se documentó sobre sus beneficios e impactos positivos. Sin embargo, hoy en día están superados por las denuncias sobre sus repercusiones que van más allá de considerarlas una competencia desleal para los hoteles y formas tradicionales de hospedaje temporal y vacacional.

También “lo vemos en el cambio de la estructura urbana y su dinámica, así como en la sustitución de negocios locales por otros con perfiles turísticos”, apuntó Alejandra Garrido quien desarrolla el proyecto posdoctoral “El fenómeno de AIRBNB: los efectos en los precios de la vivienda de alquiler y los procesos de gentrificación en la Ciudad de México”.

Señaló que los alojamientos temporales o de estancias cortas se han concentrado en primer orden en la Ciudad de México, en particular en las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Miguel Hidalgo; así como en Quintana Roo, en destinos turísticos como Cancún, Playa del Carmen y Tulum. En Jalisco, en particular en Guadalajara y destinos como Puerto Vallarta.

Además, en Baja California y Baja California Sur en lugares como Tijuana, Los Cabos, La Paz, por mencionar algunos; o Guanajuato, específicamente en San Miguel de Allende.

Garrido Rodríguez, investigadora visitante del Departamento de Geografía Económica, resaltó que el fuerte atractivo turístico es el punto en común de estos destinos con gran presencia de ofertas de vivienda en alquiler por plataformas digitales.

En el caso de la capital del país, donde se ha realizado mayor investigación, principalmente por la disponibilidad de datos, los efectos documentados se han concentrado en los fenómenos de desplazamiento, sustitución de población, segregación y gentrificación, que es un proceso urbano y social por el cual una localidad se transforma por la llegada de sectores poblacionales con un mayor poder adquisitivo, cambiando las interacciones y estructuras originales o nativas acelerando la salida de otros grupos poblacionales de menor poder adquisitivo.

De forma histórica, esta urbe tenía algunas diferencias socioespaciales importantes; sin embargo, con la proliferación de las plataformas parece haber aumentado esas discrepancias, incluso se han acelerado en ciertos puntos como en las alcaldías Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, refirió.

Durante 2020 y 2021, debido a la pandemia, este mercado fue uno de los más golpeados, pero también dio muestra de resiliencia, transformando esa desventaja en nuevas oportunidades.

Precisó que es positivo su impacto económico, pues incentivan la llegada de turistas nacionales e internacionales; sin duda es benéfico para el país porque es uno de los principales pilares de la economía mexicana. Algunos datos de la Secretaría de Turismo de enero de 2025 señalan que en lo que va del presente año esta actividad ha crecido en el país en 15.6 por ciento con respecto a 2023.

Asimismo, prosiguió, hay vivienda propia que se vuelve un lugar de hospedaje permanente en zonas de uso habitacional/residencial que alberga mayor número de huéspedes, pero sin la capacidad de servicios urbanos.