Un cable filtrado por el portal Wikileaks y citado ayer por el periódico peruano “El Comercio”, revela que la Dirección Antidrogas de la Policía del Perú (Dirandro), pidió ayuda a la embajada de Estados Unidos en Lima para combatir a los numerosos narcotraficantes mexicanos que llegaban al país y para contener la violencia que se había desatado en varios puntos de la nación.
De acuerdo con Wikileaks, en 2009, un importante agente de la Dirandro, del que se guardó su identidad por motivos de seguridad, se reunió con altos funcionarios del Narcotics Affairs Section (NAS), entidad administrativa antidrogas de la embajada estadunidense, y les informó sobre una reunión con sus homólogos de México con los que firmaron acuerdos para luchar contra estos carteles.
“El oficial antidrogas resumió a los oficiales NAS la historia reciente de los traficantes de droga mexicanos en el Perú y del nuevo acuerdo firmado (entre ambos países)”, señaló el cable.
“El Perú está interesado en trabajar con el Buró Federal de Investigaciones (FB)I como hace el gobierno de México”, dijo el oficial citado en el documento.
Los detalles de esa reunión en México y la preocupación de la Dirandro quedaron reflejados en el cable confidencial con registro 236843, redactado el 25 de noviembre del 2009.
SOSPECHAS. El agente peruano también expresó su preocupación por el alarmante número de mexicanos ilegales que llegaron al país sobre los que recaen sospechas por tráfico de drogas.
En 2008, detectaron el ingreso de mil 91 personas. Además, el agente antidrogas peruano mencionó que los representantes de los grandes cárteles mexicanos llegan a Perú a través de aviones privados que aterrizan en pistas clandestinas para evitar el control de migraciones.
El incremento de personas vinculadas al narcotráfico en Perú desató una ola de violencia, que incluyó asesinatos por encargo.
ASESINATOS. Uno de los casos más emblemáticos fue el del juez Hernán Saturno, que procesaba a un grupo de narcotraficantes peruanos, mexicanos y colombianos, y quien fue acribillado a pocas cuadras del Palacio de Justicia en 2006. Asimismo, figura el asesinato del mexicano Alejandro Pineda Jiménez en Miraflores, en mayo del 2008.
Ambos casos fueron investigados, pero parecen haber quedado impunes, tal como ocurrió, antes y después de estas fechas, con los asesinatos de otros mexicanos y extranjeros.
Con información de Agencias.