Olas de calor: riesgos, prevención y respuesta

¿Qué es una ola de calor? Una ola de calor es un aumento inesperado y sostenido de la temperatura por encima del promedio de una región, que dura al menos dos o tres días. Puede ocurrir tanto en climas secos como húmedos, durante el día o la noche.

Impactos en la salud: El cuerpo humano responde al calor mediante la sudoración y la redistribución sanguínea, pero el calor extremo puede sobrecargar estos sistemas. Esto puede provocar deshidratación, agotamiento por calor y, en casos graves, insolación, que puede ser mortal.

Poblaciones vulnerables: Los niños menores de cinco años, los ancianos, las personas con enfermedades crónicas (por ejemplo, enfermedades cardíacas, diabetes), los trabajadores al aire libre, los atletas y los migrantes corren especial riesgo.

Consejos de prevención: Manténgase hidratado, use ropa suelta, evite la exposición al sol durante las horas pico, busque sombra o ambientes frescos y esté atento a las señales de advertencia como calambres, náuseas o piel enrojecida y seca.

Islas de calor urbanas: La urbanización contribuye a temperaturas más altas en las ciudades debido al hormigón, el asfalto y la falta de vegetación, lo que hace que las olas de calor sean más intensas.

El papel de la OPS: La OPS apoya a los países proporcionando información técnica, promoviendo la conciencia pública, mejorando los sistemas de vigilancia y fomentando la investigación para comprender mejor los riesgos para la salud relacionados con el calor y responder a ellos.

Las olas de calor son una emergencia de salud pública prevenible. Con la debida concienciación y el apoyo comunitario, su impacto puede reducirse significativamente.

Con información de la OPS.

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