NUESTRA DECISIÓN

¿QUÉ VIENE?

Por: Sean Osmin HAMUD RUIZ

¿Qué significa que el presidente mande al senado un documento para que se dé la consulta popular de enjuiciamiento a los expresidentes cuando a todas luces es un acto ilegal? ¿Qué mensaje quiere mandar el primer mandatario cuando se burla de un ocho columnas que informa de las 45 masacres que van en el año en nuestro país? ¿Cómo se debe interpretar el bloqueo a ocupar el zócalo capitalino de un grupo que no está de acuerdo con las actuales políticas públicas?

Si nos remitimos al individuo, pues finalmente es su opinión y postura. Degradante, que asusta y para muchos, descocada.

Sin embargo, un problema que considero grave es que, con todo lo escandaloso y perturbador que resulte, muchos de los actores políticos, partidarios y de oposición, en lo local, ninguna reacción manifiesten.

De los propios se entiende. Su fanatismo político los delata. Pero hay que observar cuidadosamente este comportamiento, pues el hecho de que sean del mismo partido o formen parte de su movimiento, no justifica de ninguna forma el ostracismo. Aunque fuera una tímida crítica se les reconocería, sobre todo porque para nadie es un misterio que quien mantiene índices de aprobación altos, es el propio presidente, ni su partido ni sus principales actores gozan de tal popularidad, además de que tienen la obligación de hacer planteamientos que tiendan a corregir lo que actualmente ya se demostró que no funciona. Mantener su solemne postura a favor y en irrestricta defensa del mesías, lo único que está garantizando es que se vea pan con lo mismo si se mantienen en la administración del poder.

Pero que en la oposición tradicional no se vea indignación, que no se manifieste extrañeza, que nadie levante la mano y cuestione o señale la gravedad de lo que sigue sucediendo en el país y por lo tanto en Colima, eso definitivamente, se entiende menos. Debieran preguntarse si es apatía o conformismo. Fatal sería que fuera carencia de argumentos.

Los ciudadanos debemos seguir preocupándonos, seguir empujando lo que necesitamos y deseamos en el ejercicio del poder y, sobre todo, no nos podemos permitir mantenernos en una postura atónita.

Es nuestra decisión.