“Necesitamos creer que realmente conquistamos espacios”: Ana I. Zermeño

Colima.- “La desigualdad de género no es solamente una posición de lo masculino hacia lo femenino, sino entre nosotras mismas, porque lamentablemente no sabemos identificar las dinámicas que deberíamos de tener con otras mujeres, y tenemos que aprender sobre todo en términos del respeto”.

Esto lo dijo Ana Isabel Zermeño Flores, investigadora del Centro Universitario de Investigaciones Sociales (CUIS) y coordinadora del grupo de Investigación en Sociedad y Tecnología “Agorante” de la Universidad de Colima, al abordar el tema de la situación de desigualdad que aún viven las mujeres en las diferentes áreas y actividades en las que se desenvuelven.

En entrevista por el Día Internacional de la Mujer, Zermeño Flores explicó que hay muchas historias de reconocimiento y éxito en esta gran historia de la mujer en la sociedad; lamentablemente, dijo que aún se puede identificar una tendencia de desigualdad debido a que “éste es un tema de carácter cultural, y cambiar los chips de la cultura es mucho más difícil, ya que es como nuestro ADN: nos constituye desde hace años”.

Respecto a lo anterior, aclaró que esto no significa que no exista la posibilidad de transformar esa realidad, pues actualmente la mujer tiene algunos derechos conquistados así como ejemplos o íconos femeninos que han logrado destacar en las ciencias, las artes, las empresas y en muchas otras áreas; sin embargo, “un indicador de que las cosas aún siguen desiguales es el hecho de que las mujeres tenemos que hacer notar nuestros casos relevantes, es decir, la diferencia”.

Para conmemorar este ocho de marzo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) abordó el tema de “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”, para reflexionar sobre la transformación del ámbito laboral para la mujer, esto derivado de la inestabilidad en las fuentes de ingreso, la creciente informalidad en el trabajo, nuevas políticas fiscales y comerciales, así como el impacto ambiental, los cuales ejercen un papel decisivo en el empoderamiento económico de las mujeres.

En ese sentido y desde un contexto local universitario, Sofía León Mendoza, asesora pedagógica de la Facultad de Contabilidad y Administración-Colima, también entrevistada, reconoció que sus compañeros respetan el lugar que se ha ganado para participar en la toma de decisiones de su plantel, así como en el desempeño de ciertas responsabilidades, pero que aún hay mucho trabajo por hacer en el tema de la equidad de género en el ámbito laboral.

Mencionó que en el caso de este plantel, actualmente sólo dos mujeres forman parte de la plantilla administrativa y que durante casi seis años ella fue la única. Asimismo, dijo que ocurría lo mismo con los docentes, pues la mayoría de los profesores de tiempo completo y por horas son hombres, dejando a las mujeres en notable minoría.

Por su parte, Ana Zermeño dijo que no es privativo de las grandes empresas este tipo de desigualdades laborales entre hombres y mujeres, ya que “si se realiza una investigación del porcentaje de trabajadores y trabajadoras que tienen las instituciones educativas, las condiciones en que se labora, así como el tipo de trabajo que cada uno realiza, podremos darnos cuenta de que ahí también se mantiene esta cultura de la desigualdad”.

“Aunque cada vez más mujeres ocupan puestos dentro de grandes instituciones, no basta con una conquista de espacios en términos de posición; es decir, pensemos que hay directoras, coordinadoras, pero no hemos visto rectoras; acciones de ese tipo y a ese nivel de impacto no están presentes”, agregó.

Un tema a reflexionar en este Día de la Mujer, además de la desigualdad laboral, fue la percepción que diferentes generaciones de mujeres tienen sobre el empoderamiento y las libertades que el género femenino ha obtenido en los ámbitos social, familiar, político, profesional y académico.

Respecto a lo anterior, Sofía León reconoció que las mujeres de su generación no gozaban de tantas libertades, reconocimientos ni oportunidades que ahora tienen, “empezando porque en las aulas universitarias la matrícula de mujeres era casi nula y ahora es una de las más altas”.

También dijo que actualmente la mujer ya no tiene miedo de viajar sola y aprender otra cultura, conocer nuevos lugares, relacionarse con las personas de manera más libre y sin prejuicios; “ahora son más seguras de sí mismas y alabo los pasos que han dado estas nuevas generaciones, aunque desafortunadamente se han trastocado los valores y se ha malinterpretado al feminismo como una lucha de poder entre hombres y mujeres”.

Sobre esta reflexión, Zermeño Flores destacó que la gran diferencia de las mujeres que pertenecen a estas generaciones más jóvenes, es que son chicas que tienen un mayor acceso a la información y a los modelos de lo que quieren ser: “Esto les permite identificar que podrían moverse hacia el lado de la ciencia, y eso es una gran oportunidad, sobre todo para imaginar que el pensamiento científico podría ser transversal en el resto de las generaciones”.

Mencionó que el problema de los valores y de la moral deriva del hecho de vivir en una sociedad a un ritmo cada vez más acelerado, pero que esto no sólo afecta a mujeres, también a los hombres: “Lo que pasa es que lo vemos en la mujer porque había sido la que mantenía la moral tradicional, la ética, los valores, y la que transmitía eso como si nada más fuese ella el pilar de dicha construcción”.

Asimismo, dijo que el hecho de que la mujer avance en más espacios en los que prácticamente no había avanzado, provoca que llame la atención; “tal vez no es el mejor camino por el que se le reconocerá, pero son espacios en los que rompe ciertos tabúes; sin embargo, tenemos una observación sobre ella y lo que no estamos dispuestos a perdonarle es la cuestión moral, porque cuando una mujer transgrede los cánones morales, más duros somos con ella, con nosotras y entre nosotras”.

“En esto y en la falta de fe en nosotras están nuestros verdaderos problemas; necesitamos creer que realmente conquistamos espacios, porque mucha de la construcción social son percepciones”, finalizó. BP