Necesario, incorporar el principio de igualdad a través de la perspectiva de género Experta

Colima.- “Todas las personas, en todos los espacios, actividades y funciones de las instituciones de educación superior, deben integrar la igualdad con perspectiva de género”, propuso este jueves la académica especialista en estudios de la mujer y relaciones de género, Leticia Paredes Guerrero, para lo cual presentó un modelo de doble vía con una estrategia para hacer transversal e institucional la perspectiva de género.

Esto ocurrió en el marco de las Jornadas 25N, que se realizan en el mundo este 25 de noviembre con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y que en la Universidad de Colima organizó el Centro Universitario de Estudios de Género

Durante la conferencia magistral Paredes Guerrero, experta en transversalización de la perspectiva de género en instituciones de educación superior, presentó un proceso que denominó “Modelo integracionista de doble vía”, que recomendó seguir de manera paulatina, por etapas “y cada año vamos a lograr tener una universidad en igualdad de género, porque éste es un proceso, no una imposición”.

Dicho proceso, explicó, tiene doble vía, una es la institucional, que impacta a la legislación, planeación y organización de todas las dependencias, y la otra es el quehacer institucional, que comprende la docencia, investigación, extensión, comunicación y demás funciones sustantivas de las casas de estudio.

En todas ellas, dijo, “tenemos que incorporar el principio de igualdad a través de la perspectiva de género, y es necesario entender que no tendremos una verdadera transversalización ni institucionalización si no logramos que estas vías sean parte de nuestra visión y misión institucional”.

Leticia Paredes planteó que se requieren cinco componentes para la transversalización, que son el análisis de la perspectiva de género, reconocer la existencia de la desigualdad de género, establecer que el objetivo es la igualdad entre hombres y mujeres (en su acepción más amplia), usar los mecanismos de igualdad y aplicar análisis y enfoques en todos los niveles y fases de las políticas públicas y de las instituciones.

Sobre el cómo, explicó que primero deben visibilizarse experiencias por la condición de género, comprender las diferencias biológicas que se convierten en desigualdades sociales, desnaturalizar las ideas, prescripciones y prácticas basadas en lo biológico y, finalmente, identificar estrategias para el cambio hacia relaciones de género justas, igualitarias y democráticas.

Para la experta en violencia de género, familia y derechos humanos, “las acciones afirmativas, el lenguaje incluyente, las buenas prácticas de género, los valores de equidad, el ejercicio de los derechos humanos, la igualdad sustantiva, políticas, normativas e indicadores de género, son mecanismos que deben materializarse en acciones y actividades específicas para lograr la igualdad”.

Por útlimo, comentó que si se quieren tener las condiciones necesarias mediante la institucionalización, “se requieren componentes como: establecer el principio de igualdad sustantiva como parte de la misión y visión de la institución educativa, mecanismos diversos, asignar recursos y presupuesto para acciones a favor de la igualdad, atribuciones, normativas, y armonizar las existentes, así como establecer políticas institucionales que favorezcan esta igualdad, establecer nuevas y generar cambios en las ya existentes”.

En este mismo evento, la integrante del Comité de Ética para la Atención a la Violencia de Género en la UdeC, la profesora investigadora Nancy Elizabeth Molina Rodríguez puntualizó que la violencia en las universidades no se trata de prácticas de comportamientos particulares de algunos profesores, trabajadores o estudiantes causadas por rasgos de personalidad o estado de ánimo.

Para ella, dicha violencia se vincula estrechamente con los orígenes de la universidad, “que fue creada por y para hombres bajo una visión androcéntrica que reproduce la división sexual del trabajo, dando como resultado el fomento de los estereotipos de género, sexismo, heterosexismo en el lenguaje, en los materiales educativos y en la organización institucional”.

Este origen, agregó, “provoca que la violencia simbólica se ejerza mediante prácticas educativas, rituales institucionales y formas de convivencia que muchas veces son invisibles o desapercibidas, al grado de considerarlas como formas normales o naturales de relacionarse”.

Molina Rodríguez señaló que “esto deriva en prácticas de violencia, discriminación de género y principalmente acoso y hostigamiento sexual, actitudes sexistas y piropos, negando con ellos nuestra dignidad y generando daños psicológicos físicos morales entre otros, así como afectación del desempeño académico y laboral”.

Instó a todos quienes integran la comunidad universitaria “a sumarse al compromiso de reflexionar y actuar sobre las estructuras de poder que generan desigualdades, así como sobre los mandatos de la masculinidad hegemónica que producen y reproducen violencias contra las mujeres”.

Señaló que éste es un compromiso que ha sido mostrado por el rector actual, quien en su agenda rectoral 2021-2025 incluye la igualdad de género como uno de los cuatro programas transversales, impulsando la perspectiva de género y la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.

Molina Rodríguez informó por último que han trabajado juntas la Oficina del Abogado General, la Unidad para la Atención Integral de la Discriminación y Violencia de Género y el Comité de Ética para la Atención a la Violencia de Género, en acciones integrales legales psicológicas y re-educativas para prevenir, atender y sancionar prácticas de discriminación y violencia de género en la Universidad de Colima.

Antes de finalizar, Nancy Molina hizo un llamado, en nombre de las mujeres universitarias, “a quienes integran la comunidad universitaria, a quienes ejercen la violencia, a quienes testifican, a quienes se encargan de atender estos casos y a las autoridades de nuestra máxima casa de estudios, a que asuman el compromiso y adopten la postura institucional y ética de cero tolerancia al hostigamiento sexual, acoso sexual, discriminación, y a toda forma de violencia contra las mujeres o acto que atente contra ellas y su integridad”.

En su participación, la responsable de la Unidad para la Atención Integral de la Discriminación y Violencia de Género, Mónica González Torres, dijo que este año se incorporó esta área a su cargo, dependiente de la Oficina del Abogado General, que brinda asesoría jurídica y atención psicológica y social a las personas receptoras de estos actos.

Esta atención, informó, se realiza en el marco del protocolo para la atención integral de la violencia de género, y la Oficina del Abogado General, la Unidad y el Comité de ética han implementado diversas medidas encaminadas a la prevención, atención y sanción.

En su intervención, el rector de la Universidad de Colima, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, dijo que en esta administración se ha puesto especial atención a este tema con las Acciones para la Igualdad de Género.

Dio a conocer que atenderán de forma puntual uno de los ejes transversales proyectados en la Agenda Rectoral y en el Plan Institucional de Desarrollo, y que se mantiene vigente el Protocolo para la Atención Integral de la Violencia de Género como herramienta normativa y procedimental para atender todas las quejas al respecto “y así prevenir, atender y sancionar las conductas de violencia de género, especialmente contra las mujeres, en la comunidad universitaria”.

Finalmente, resaltó que “si no tenemos la voluntad de ponerlo en práctica y de sumar esfuerzos entre todas las instancias interesadas en poner fin a la violencia de género, estas acciones nunca serán suficientes”.